Entre el inevitable aislamiento que producen las grandes ciudades y la cercanía de la vecindad de cualquier pueblo, no hay comparación. Los vecinos se conocer con nombre y hasta con apodo. En un edificio de viviendas, en ocasiones, ni sabemos quiénes viven en el piso de al lado. Nadie sale al pasillo a pedirle un favor al del piso de arriba. Tan vez en las reuniones de comunidad, superada la fase de conflicto por demandas y servicios, algunos se permitan una conversación que vaya más allá del objeto establecido en el orden del día.
No es bueno ese aislamiento. Tal vez no podamos ser pueblo física y greográficamente, pero sí que podemos tener esas actitudes populares que hacen de la vida social ocasión de encuentro, de crecimiento, de cuidado y ayuda mutua, de preocupación y de capacidad de felicitar los éxitos ajenos. Un pueblo en el corazón de la ciudad. Siempre un pueblo habitado por todos que no rehuyen la ocasión para juntarse y protegerse.
Cáritas ha decidido que la campaña institucional con motivo del Día de la Caridad, Solemnidad del Corpus Christi este año 2021, tenga como lema ese deseo global: #SeamosMásPueblo. Este mensaje se completa con la convicción esperanzada siguiente: “En Cáritas nos gusta pensar que el mundo es un pueblo habitado por más de 7.000 millones de vecinos y vecinas que se conocen y se ayudan”.
Puede ser leído como un deseo inalcanzable. Como una utopía ilusoria. Pero puede ser comprendido como un horizonte hacia el que dirigir cuanto decidimos o realizamos. No podemos organizarnos como si lo que ocurre aquí no tuviera consecuencias allá. Somos un planeta, un único planeta que es, según Papá Francisco, la Casa Común de la humanidad. Una imagen elocuente: una Casa. Pero las muchas casas concretas que hemos ido fabricando sobre la piel del planeta pueden anhelar ser grandes ciudades o grandes pueblos. Y son las actitudes las que deben ser cuidadas.
Recuerdo lo que ocurría en las fiestas de mi pueblo. Entonces no existían concejalías de fiestas, y los vecinos se organizaban para tener unas dignas fiestas. Y lo conseguían. Y no sé si decirles que mejor que cuando los técnicos actuales se empeñan en llevar a cabo su tarea. Eran fiestas populares; ahora son espectáculos. Todo es más fácil y cómodo, pero hemos convertido los pueblos en ciudades. Y se trata de reconvertirnos al contrario; convertir las ciudades en pueblos. Cambiar actitudes.
Más cercanos, más afables, más sociales, más implicados mutuamente. ¿Cómo es posible que salgamos de casa y regresemos a ella después de haber estado en un centro comercial y no haber saludado a nadie en todo el camino? Y no ahora que nos escondemos detrás de las mascarillas, sino de ordinario. Nos faltan valores de pueblo.
Y repito que se trata de cuidarnos en el ámbito de las actitudes. Cercanía, preocupación y cuidado mutuo.
Este Corpus Chisti 2021 puede servirnos para sentarnos, aunque estemos distantes, alrededor de la misma Mesa Común, de nuestra Casa Común, en este Pueblo Global que es el planeta. Mesa común de una presencia compartida que genera comunión entre distintos. Creo que valdrá la pena el Sacrificio.