Pocas veces al año tienen ocasión de mirarse a los ojos las personas que forman parte de Cáritas Diocesana y que, siendo voluntarias o contratadas, llevan adelante una labor de acogida y atención a los participantes que acuden a las acogidas parroquiales o a los proyectos y programas específicos que la entidad lleva adelante para responder a las necesidades que las unidades de acogida descubren y derivan. Una es la Escuela de Formación Social o la Escuela de Otoño. Otra es la Asamblea Diocesana en la que, los agentes voluntarios, aprueban los balances económicos y la gestión de los Servicios Generales. Se coordinan por zonas, por programas y proyectos; se coordinan los animadores del territorio o los responsables de las áreas de atención; se coordina el Consejo, la Permanente o el equipo directivo. Hay coordinación sectorial, pero tener la posibilidad de encuentro global, es una ocasión siempre extraordinaria.
La próxima Asamblea General será la vigésimo quinta desde que en 1952 se creó en nuestra Iglesia Particular la entidad diocesana llamada a llevar adelante la acción social y caritativa institucional de la comunidad cristiana. Setenta y un año después de que don Domingo Pérez Cáceres aprobara sus Estatutos, sigue haciendo, en tiempos nuevos, con metodologías nuevas y más adaptadas a las necesidades actuales, la misma labor de apoyo, acompañamiento e intervención con los últimos y no atendidos. No se resuelve todo ni se llega a todo, pero esa misma incapacidad se convierte en la permanente renovación de la motivación inicial.
Mirarse a los ojos y mantener despierta la sonrisa. Debemos aprender a mirar. No podemos solo mirar la necendidad de la persona, sino que la mirada debe extenderse a la integridad de la persona. Mirar a la persona y descubrir luego su necesidad. No la que suponemos nosotros, prejuzgándola, sino escuchándola en su verdad experimentada. Por eso la Asamblea se puede convertir en una ocasión de descubrir otros ojos que miran, reconociendo la mirada divina detrás de los ojos de la otra persona.
Contaremos en esta ocasión con Vicente Martín, el Delegado de la Confederación de Cáritas Española que nos ofrecerá una sencilla y breve intervención sobre la dimensión espiritual de la Acción Social que estamos llevando adelante. Porque si se mira a la persona y se responde a todas las dimensiones de su necesidad, olvidar la dimensión espiritual es tener una mirada esclerótica de la realidad. De hecho, muchas personas que no acuden a Cáritas porque les sobran los recursos materiales, su situación no garantiza la felicidad, el gozo y la salud emocional de su vida. Siempre será verdad aquella afirmación de Dostoieski que nos recuerda que “se puede vivir sin pan, pero no se puede vivir sin belleza”.
Este sábado 20 de mayo tendremos ocasión de sostenerle la mirada a ojos que miran a personas a las que pocos miran. Y sonreiremos.
Si (
No(
