Para algunos la polémica sobre la palabra “mariconez” en Operación Triunfo no fue más que una pelotera de una concursante caprichosa y es que a los hetero-machitos y a unas cuantas mari-viejas les parece que usar palabras homófobas es algo divertido y patrimonio de la España rancia y casposa que tanto cuidan y temen perder.
Seguramente los policías locales de Manacor que han sido grabados esta semana persiguiendo a unos menores al grito de “ven aquí maricón” son de los que creen que ser “maricón” es sinónimo de cobarde, débil o afeminado. Las palabras sí que importan y mucho y lo único que hacen es retratar a quién las pronuncia. El problema es cuando unos policías que debieran ser un ejemplo insultan utilizando agravios homófobos porque se sienten reforzados por una sociedad que en pleno 2018 sigue normalizando la discriminación y la burla hacia las minorías. ¿Con qué valor un chico o una chica LGTBI va a tener el coraje de llamar a la policía local de Manacor para denunciar una agresión LGTBIfóbica? No puede ser que los mismos que nos deben proteger a todos y a todas sean los mismos que nos insultan y humillan.
Hay que dejar ya de desdramatizar lo que en realidad es un drama. No podemos permitir que nuestra juventud crezca viendo como se normalizan insultos al colectivo LGTBI. “Maricón” es un insulto aquí, en Manacor y en Operación Triunfo. Intentar maquillarlo es hacerle la cama a los que siembran el odio, a los que siguen pensando que no somos iguales y a los que se creen que con sus ofensas nos asustan. El lenguaje es responsabilidad de todos y todas y evolucionar es sinónimo de inteligencia y sentido común. El respeto empieza con el lenguaje y a partir de ahí podremos construir una sociedad más respetuosa e igualitaria.
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