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Una inversión muy mona

Por José A. García Bustos
sábado 25 de marzo de 2017, 04:00h

Warren Buffett es un gurú de las inversiones y hoy es el segundo más rico del mundo. Tiene un fondo de inversión de alta rentabilidad y basa sus compras en unos principios con mucho sentido común. En los últimos 52 años, cada participación de su fondo ha pasado de valer 19$ a 172.108$, lo que significa una espectacular rentabilidad media del 19% anual, durante medio siglo, crisis (en plural) de por medio, incluidas.

Nadie suele hacer caso a las cartas que las compañías envían a sus accionistas salvo a la que cada año, envía Buffett. En la que envió el mes pasado, Buffett hace referencia a una apuesta que hizo hace 9 años cuyo vencimiento será el 31 diciembre de 2017. En ella, se apostó un millón de dólares a que un fondo que replicara el índice estadounidense S&P 500 (el equivalente al Ibex-35), es decir, un índice que refleja la evolución de la bolsa, sin más, iba a obtener mayor rentabilidad, en 10 años que los 5 fondos que eligieran sus contrincantes. Daba igual si estaban gestionados por los mejores analistas e inversores del mundo. Solo un hombre aceptó su reto y eligió 5 fondos. A 31 de diciembre de 2016, un año antes de finalizar la apuesta, el resultado arroja una victoria por goleada del fondo que replica el índice S&P500 (y que cualquiera puede imitar) sobre el resto de fondos gestionados por afamados analistas: 85% vs 22%.

En España existe un estudio del prestigioso profesor del IESE, Pablo Fernández que , en cierta manera, apoya el argumento de Buffett. Dicho estudio refleja la rentabilidad de 632 fondos españoles durante el periodo 2000-2015. Su conclusión es aplastante: solo 27 (un 4%) tuvieron una rentabilidad superior a la del Ibex-35 y 82 de ellos tuvieron rentabilidad negativa. Un 96% de los fondos no pudieron batir al índice español.

La apuesta de Warren Buffett recuerda un tema que enunció en 1973 el profesor Burton Gordon Malkiel y que recoge el premio Nobel de Economía en 2013, Eugene Fame. La conclusión de ambos viene a decir algo tan obvio como que nadie puede predecir el futuro. Es decir, nadie puede prever la evolución del precio de una acción.

Eugene Fame llega a una conclusión extravagante: Si el precio de las acciones no se puede predecir, ¿por qué apostar por las recomendaciones de renombrados y altamente remunerados gestores y pagar altas comisiones? Según él, no hay que hacer caso de los analistas. Sus resultados serán tan rentables como poner las hojas de diario donde aparecen todas las empresas que cotizan en Bolsa y enseñar a un mono a que tire un número elevado de dardos. En las empresas donde impacten los dardos, recomienda, invertir y dejar el dinero ahí durante años.

¿Está diciendo el premio Nobel que un chimpancé sabe más que los mejores analistas del mercado? No. Lo único que quiere demostrar es lo mismo que Warren Buffett: que nadie conoce el futuro. Además Buffett critica las altas comisiones que cobran los fondos. Dice que, un mono no solo bate al resto de fondos sino que sale más barato.

Podría parecer que Buffett aboga por el libre albedrío a la hora de invertir en Bolsa pero no es así. Él tiene una filosofía de inversión. Y tiene una lógica aplastante. Él aconseja, por ejemplo, no invertir en un negocio cuyo funcionamiento no se entiende. También recomienda no invertir en Bolsa a quien no sea capaz de ver caer el valor de su inversión un 50% sin entrar en pánico. También, ser temeroso cuando otros son codiciosos y viceversa. Otra recomendación es invertir a largo plazo y hacerlo en empresas con fuerte marca y consumidores fieles.

Por eso, a la hora de invertir en Bolsa, parece ser que hay que dejarse llevar por el sentido común y por lo que hay detrás de la acción (una empresa, una marca, un equipo gestor, un producto, etc.) y no por, como dice Buffett, los “cantos de sirena” de algunos inversores que analizan gráficos y ratios de manera fría.

Como todo en la vida, la teoría del mono inversor tiene detractores que aconsejan hacer no invertir de forma aleatoria sino a través de un buen gestor. Para gustos, los colores pero Warren Buffett, además de palabras, ha demostrado hechos y resultados. Hechos, durante 52 años de una alta rentabilidad media a lo largo de la vida de su fondo y resultados en forma de ganancias para sus inversores y en forma de medalla de plata en el ranking de los hombres más ricos del mundo, solo superado por Bill Gates. Por ahora.

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