La gallina

La gallina tiene cara de tonta. Si le pones un grano de millo delante hace como un artillero: un picotazo a la izquierda, otro a la derecha y luego da en el blanco. Cree en el centro, que es una prueba más de su estupidez. Las gallinas tienen fama de putas y la verdad es que no se por qué. A la gallina la hipnotizas fácilmente solo con poner un dedo delante de su pico. Tiene sus ojos pequeños a los lados y por eso no enfocan bien. Para verlo todo mueven el cuello de un lado a otro. Quizás por eso no padecen de tortícolis.

Ahora hay muchas. Su población ha aumentado exponencialmente desde que los médicos dejaron de decir que los huevos son malos para el colesterol. Las gallinas eran populares y los pollos y los huevos asequibles a cualquier bolsillo, pero ahora están en peligro por la gripe aviar y han sacrificado a cinco millones. Mi dieta habitual es contramuslos deshuesados. Los preparo con vino blanco, cebollita picada y especies como curry y orégano. Era un plato barato, pero ahora ha subido el precio. Es la ley de la oferta y la demanda, pero no es grave porque poniendo a las incubadoras a trabajar a tope se puede recuperar la población rápidamente.

No pasa igual con la vivienda. Este problema no es tan fácil de resolver. Lo hemos creado durante los últimos 20 años y tardará un tiempo equivalente en volver a equilibrarse. La gallina tiene cara y fama de tonta, pero yo creo que los tontos somos nosotros.