La luna está blanca esta noche. El sol le está dando de lleno en toda la cara. Yo no lo veo porque está por detrás. Mañana, cuando amanezca, ella ya no estará. Es más, creo que esta madrugada ya sé habrá despedido. Se irá por el oeste. Parece que ella se mueve, nosotros también, y el sol ni te cuento. En la tele hablan de tribunales, pero a la luna no le importa. Fíjate que no le hacía caso a Federico, cómo va a estar pendiente de esas trivialidades. Estuve un rato mirándola antes de meterme para dentro. No me dice nada ese tono reluciente, como si estuviera presumiendo. No se ha enterado de que solo es un satélite.
Anda ya, luna. Vete a acostarte. Apaga ese foco y déjame dormir. Ya te vi antes. Vinieron dos aviones y los dejaste en ridículo con tu luz potente, y eso que venían con todos los faros prendidos. Alguien dijo una vez que vino a la fragua con su polisón de nardos. ¡Anda ya! ¡Cómo va a ser eso! La luna no viene a ninguna fragua a menos que sea la fragua la que se interponga en su camino.
¿Y la Guardia Civil? ¿Qué tiene que ver la luna con la Guardia Civil? Nada. No tiene nada que ver. Ella se va por el oeste y la Guardia Civil no hará ningún informe sobre este hecho. Todo lo que no dice la Guardia Civil es como si no hubiera ocurrido. Así que si no hay más evidencias que las que observo desde la puerta de mi casa, es que la luna no ha aparecido por aquí está noche. Y mira tú que me hacía ilusión verla tan blanca en su recorrido por el cielo.
La Guardia Civil no le gustaba a Federico. Ese es el motivo de que no le guste a mucha gente. A esta luna no se la van a llevar detenida. No sé por qué Federico la llamaba para no ver la sangre de Ignacio. Tampoco se qué tiene que ver con todo esto. Deben ser cosas mías.
Si (
No(
