Su incorporación todavía lenta, pero progresiva, en el sector de la construcción, especialmente a pie de obra, significa un cambio de paradigma muy importante. Cada vez son más las trabajadoras que, con la formación debida, capacidad operativa, ganas y determinación constante abren camino en el amplio mundo de actividades que conforman todo el proceso constructivo.
Su presencia rompe estereotipos, enriqueciendo a los equipos, lo que lleva, indudablemente, a mejorar la productividad. Su participación organizativa, que en muchos casos se convierte en liderazgo, lo demuestra allí donde están inmersas laboralmente.
Están integrando innovación, motivación y compromiso, los avances son evidentes y aunque, todavía estamos en una fase que puede y tiene que ser mucho más expansiva, la mujer ya no es excepción, sino que es parte esencial del presente y futuro de la construcción, bienvenidas
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