Es difícil situarse fuera del ámbito de las militancias, no pertenecer a uno de los sectores de la polarización. Siempre te dirán se te ve el plumero si no aplaudes las consignas de una de las partes. En la práctica de la cancelación saldrás ileso si no te comprometes con ninguno de los beligerantes, si te echas fuera de la guerra. Pero en la guerra los daños colaterales no cuentan. No sucede como en el relato de Gila cuando se armó la de San Quintín porque le dieron a una señora que no tenía que ver con el asunto. Ahora que las bombas silvan por encima de nuestras cabezas lo mejor es salir de las trincheras y procurar que desde ninguno de los bandos se nos diga: se te ve el plumero. Ni siquiera es recomendable repetir: "a quien se le ve es a tí".
Sin embargo, es inevitable que surjan estas voces alimentadas por el sectarismo del que cree estar en posesión de la verdad. A mi no me afecta lo de los plumeros porque solo los uso para quitarle el polvo a los libros de mi biblioteca, aunque no piensen que abuso de esa práctica, pues no los tengo de adorno sino que los saco, los leo y los exprimo con mucha frecuencia. A quien primero se.le ve el plumero es al zote, pero tampoco es plan andar denunciándolo, bastante desgracia tiene con serlo. Los plumeros, como atributos de la ostentación, hace tiempo que desaparecieron de los protocolos oficiales. Eran los tiempos de Cleopatra que fueron copiados por el Vaticano hasta Juan XXIII.
Lo mismo ocurre con los totalitarismos de última hornada, que están más pasados que el hilo negro. Pero, aunque ya no se lleve, hay que protegerse de esta reminiscencia de inquisidores, gente obsoleta que añora un mundo antiguo que ojalá no vuelva jamás. Cuando oigo lo de se te el plumero siento como si estuviera vigilado por una policía política que me advierte para que me proteja de ser sospechoso de alguna desafeccion, como en la época de Franco. Puedo ser objeto de delaciones peligrosas, igual que en los tiempos de la ETA. Estas tecnicas no han desaparecido del todo y se siguen usando disfrazadas de democracia. Con todo lo que digo me permito dar un consejo. No se fíen de los que les dicen se te ve el plumero porque estarán poniendo en riesgo parte de su integridad y su independencia.