A punto de llegar al ecuador de la legislatura, que arrancó en junio de 2023, todos los partidos empiezan a moverse en clave electoral. Aunque es cierto que en política todas las acciones de los gobernantes están orientadas a conquistar el apoyo de los ciudadanos, desde el minuto 1 de la toma de posesión, la realidad es que viene a ser alrededor de la mitad del mandato cuando comienzan a tener más peso las estrategias políticas con vistas a la cita con las urnas.
Es en este preciso momento, en el ecuador de la legislatura, cuando la confección de las futuras listas electorales y la política de pactos comienzan a ganar espacio en la agenda y en la mente de los dirigentes respecto a la planificación, los proyectos y las obras.
Con dos años por delante, no parece que en Canarias vaya a producirse ningún ‘tsunami’ en el ámbito de las autonómicas, pese a que la ‘cotización’ en Madrid de las fuerzas estatales pudiera tener alguna incidencia importante en cuanto a sus expectativas electorales en las Islas. No es ninguna novedad que, en términos generales, los resultados del PP, PSOE o Vox en el Archipiélago sean vasos comunicantes de sus perspectivas electorales en el conjunto del Estado. En cuanto a los ámbitos insular y municipal, la irrupción de otros partidos minoritarios encarece las mayorías absolutas que antaño se producían de manera periódica. Por ello, la mayoría de los nuevos gobiernos que surjan en cabildos y ayuntamientos tras las elecciones de 2027 serán fruto de las habilidades de unos y de otros para consensuar y pactar.
Desde hace algún tiempo, en la isla de Gran Canaria se viene produciendo una serie de movimientos preelectorales que acaparan la atención de la gente de la política, de algunos grupos empresariales y, por consiguiente, de los medios de comunicación. Los titulares que resuman esta situación podrían ser: “Fractura en Nueva Canarias” o “Nace el Partido Municipalista Primero Canarias”. Siendo así, ¿repetirá candidatura Antonio Morales?
Las prisas de unos y la inacción de otros han hecho saltar por los aires al primer partido nacionalista de esta isla, Nueva Canarias. La huida de una parte importante de los representantes que el partido encabezado por Román Rodríguez tenía en los municipios grancanarios, debilita sus expectativas electorales de cara a las próximas elecciones.
El roto que deja el abandono de personas tan significativas en la Isla como los alcaldes de Agüimes, Gáldar, Santa Lucía, Ingenio o La Aldea es muy importante y doloroso para el nacionalismo. De momento, se desconoce que haya habido discrepancia alguna por motivos programáticos entre los que se han ido y la organización a la que pertenecían desde hacía mucho tiempo.
Ni la prioridad en la defensa de los intereses de Canarias, ni el modelo económico, ni el modelo social, ni el modelo territorial, ni la apuesta por establecer una tasa turística o por limitar el crecimiento poblacional o turístico han conducido al divorcio. La discusión y la falta de entendimiento sobre cómo y cuándo llevar a cabo una renovación en la dirección del partido ha sido la causa que les ha condenado a esa separación.
Cada día son menos los que dudan de la necesidad de que Canarias disponga de un partido que priorice la defensa de nuestra tierra. Un partido fuerte y con capacidad de influencia en Madrid. De ahí que circulen rumores que apuntan a que un grupo de empresarios apoya el proyecto del Partido Municipalista Primero Canarias, con el objetivo de fortalecer en esta isla a Coalición Canaria.
No serán los programas electorales los que obstaculicen un hipotético acuerdo electoral entre Primero Canarias y Coalición Canaria. Será la política de pactos, en la que tendrán que hilar muy fino para que el resultado sea una suma para el nacionalismo canario y no una resta. De otra parte, la decisión que finalmente adopte Antonio Morales sobre su candidatura para repetir en el Cabildo Insular puede ser determinante para los posibles acuerdos, tanto preelectorales como postelectorales.