El K4 500 de Saúl Craviotto, Carlos Arévalo, Marcus Cooper Walz y Rodrigo Germade ha logrado este jueves la medalla de bronce en la final de los Juegos Olímpicos de París 2024. Es la tercera presea olímpica del piragüista del RCN Portopetro. Por su parte, el de Lleida, se convierte en el deportista español con más medallas olímpicas, seis, una más que David Cal.
Apenas veinte minutos después del bronce de Joan Antoni Moreno y Diego Domínguez, en la prueba de C2 500 metros, el cuarteto español del K4 500 ha dominado buena parte de la prueba, pero finalmente se ha visto rebasado por las embarcaciones de Alemania, que ha revalidado su título olímpico, y de Australia.
Aunque no pudo conseguir el oro ansiado con la embarcación estandarte del piragüismo nacional y se tuvo que 'conformar' con el bronce, Craviotto pasa con letras de oro a la primera página ahora ya en solitario, al añadir este tercer puesto en París al oro en K2 500 en Pekín 2008 (K2 500), una plata en K1 200 en Londres 2012, un oro en K2 500 y un bronce en K1 200 en Rio 2016 y a la plata en la capital japonesa en el K4 500.
UNA FINAL DE INFARTO
Tras las semifinales, en las que el barco español pasó como tercero de su serie después de los 'aussies', que batieron el mejor registro olímpico con 1:19.22, y los serbios, en la final se daban cita todas las grandes aspirantes.
Los germanos parecieron acusar el nerviosismo. Forzaron una salida nula, con lo que se incrementaba la tensión. España aprovechó, en la puesta a punto nueva, para mandar de entrada y al paso por el ecuador hasta con cierta claridad.
En cambio, llegó la habitual reacción del barco teutón. Max Rendschmidt, Max Lemke Jacob Schoff y Tom Liebscher-Lucz incrementaron el ritmo junto a los australianos Riley Fitzsimmons, Pierre van der Westhuyzen, Jackson Collins y Noah Havard hasta acabar por rebasar a España.
Alemania fue la más fuerte en un final tremendo en el que, con un crono de 1:19.80, aventajó en tan solo cuatro centésimas a Australia, mientras que el K4 español supo minimizar los daños y amarró el bronce con 1:20.05, su segunda medalla consecutiva, para encumbrar a Craviotto a la cima en solitario del deporte olímpico español, aunque sin olvidar a sus compañeros Arévalo, Cooper y Germade, que agrandan también su leyenda y su palmarés ya de por sí importante.