OPINION

Alto precio, muerte alcalde francés por su oposicion a vertederos ilegales

Jesús Antonio Rodríguez Morilla | Martes 13 de agosto de 2019
¿Nueva tarifa humana para la defensa del Medio Ambiente?

Dolorosa y lamentable, aunque fuere accidental, el contenido de la noticia de LA VANGUARDIA, respecto a la muerte del alcalde de la ciudad francesa de SIGNES, supuestamente al pretender oponerse al vertido de inertes (residuos de construcción y demolición), de los cuales pretendían desembarazarse particulares en un Vertedero Ilegal en bosque cercano.

Trágica la relación causa-efecto, en la cual muy probablemente, habría que contemplar tangencialmente la extensión de daños que pueden alcanzar al ser humano, en este caso, defensor del principio “de quien contamina, paga” pero desgraciadamente, sucedió a la inversa.

Para darnos un poco de idea respecto a la cantidad que suponen los residuos de construcción y demolición – Inertes - (RCD) en la UE, y, según Protocolo de la Comisión de 2016, dichos residuos suponen el mayor flujo de la Unión representando aproximadamente un tercio de todos los residuos generados, con el consabido riesgo de sus potenciales contenidos de: fibrocementos; plomo; alquitranes; adhesivos, etc.

En España, observamos a diario y en distintos Medios de Comunicación, casi al unísono, la aparición de este tipo de Vertederos Ilegales e Indomables que agreden constantemente nuestro Medio Ambiente y los escasos éxitos de los responsables ante estas situaciones, provocadas, junto a otras de distintas características por desalmados.

Este Portal, junto a las impagables colaboraciones de los Medios de Comunicación, adalides cara a la opinión pública del daño que se causa con estas actitudes, y, qué gracias a los mismos, constituyen permanentemente defensas en las ciudades respectivas que atenúan que dichas agresiones no se conviertan en mayores y permanentes.

Fervientemente deseamos que este inesperado “plus” de carácter mortal, sirva al menos de ejemplo para los todavía desalmados que aún quedan por seguir cometiendo actos voluntarios convertidos en tropelías contra el Medio Ambiente, y las autoridades igualmente redoblen vigilancia y sanciones, al menos, con esperanzas de que hechos como el presente no vuelvan a ocurrir.


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