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Presupuestos para consolidar lo esencial y no dejar a nadie atrás

Casimiro Curbelo | Domingo 21 de diciembre de 2025

Hablar de presupuestos no es hablar solo de cifras. Es hablar de prioridades, de modelo de sociedad y de la capacidad que tenemos, como responsables públicos, para transformar los recursos en bienestar real para la ciudadanía. Desde esa convicción, hemos respaldado los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma de Canarias para 2026, porque representan, sin ambages, las mejores cuentas posibles en el contexto actual.

Son unos presupuestos prudentes, equilibrados y realistas, pero, sobre todo, profundamente sociales. No lo decimos desde la retórica, sino desde los datos: ocho de cada diez euros del gasto se destinan a sanidad, educación y políticas sociales. Esta orientación define con claridad el rumbo de unas cuentas que ponen en el centro a las personas y garantizan la igualdad de oportunidades con independencia del territorio en el que se viva.

Canarias contará en 2026 con un presupuesto no financiero de 12.491,4 millones de euros, técnicamente bien construido y avalado por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal. En sanidad se destinan 4.883 millones, con un refuerzo claro de la atención primaria; en educación se superan los 2.315 millones, con avances en infraestructuras, Formación Profesional y educación de 0 a 3 años; y en bienestar social se alcanzan los 837,7 millones de euros. Mención especial merece la dependencia, que incrementa su dotación en un 30%, hasta los 387 millones. No son números abstractos: son atención, dignidad y apoyo para miles de familias canarias.

Estos presupuestos también miran al futuro. Refuerzan la inversión en infraestructuras hidráulicas, movilidad y digitalización administrativa, y permiten culminar proyectos estratégicos vinculados a los fondos europeos. Apostar por la diversificación económica, el turismo sostenible, el sector primario y la innovación es apostar por un desarrollo más equilibrado y resiliente para el Archipiélago.

Desde el punto de vista fiscal, las cuentas apuestan por la estabilidad y el alivio a las familias. La deflactación del IRPF en un 2,1% en todos los tramos, el mantenimiento de las deducciones sociales y la ausencia de nuevas figuras impositivas responden a una idea clara: no es el momento de cargar más a la ciudadanía, sino de consolidar y dar certidumbre.

Quiero subrayar, además, la dimensión territorial de estos presupuestos. La Gomera supera los 111 millones de euros en inversiones y programas, lo que se traduce en proyectos concretos y en servicios que llegan a las islas no capitalinas. Eso es cohesión territorial y equilibrio real, no discursos vacíos.

Nuestro apoyo a estas cuentas es leal y responsable. Ahora toca lo más importante: gestionar bien, ejecutar los recursos y convertir el presupuesto en mejoras tangibles para la vida de la gente. Porque de nada sirven las buenas cuentas si no se transforman en mejores servicios, más oportunidades y mayor bienestar para Canarias.


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