Drago Gran Canaria visitó varias playas del sureste grancanario afectadas por vertidos contaminantes, con el objetivo de denunciar la mala gestión por parte de las instituciones y exigir medidas urgentes y eficaces, tanto para solucionar la situación actual como para determinar qué la produjo y evitar que se repita.
Este drama medioambiental, que está afectando enormemente al ecosistema marino de Gran Canaria, concuerda con el hecho de que la Isla lidere la clasificación de delitos medioambientales en el Archipiélago. Según el estudio “Mapeo de delitos ambientales para caracterizar los impactos humanos en las islas: una investigación aplicada y metodológica en Canarias”, entre los años 2001 y 2020, se cometieron en Gran Canaria ocho infracciones por kilómetro cuadrado.
En palabras del portavoz de Drago Gran Canaria, Luis de la Barrera, “no se entiende que después de casi un mes todavía no se haya averiguado el origen de los vertidos”, aunque indicó que “no sería de extrañar que guarde relación con los 115 emisarios ilegales que vierten sus aguas fecales y sin tratar directamente en las costas de la Isla, provocando contaminación y problemas de la salud”.
“Las instituciones están convirtiendo al sureste insular en un lugar vacío de identidad —prosiguió De la Barrera—, sin agricultura, ganadería, pesca o industria, con el objetivo premeditado de vender el territorio a las multinacionales de las energías renovables, del turismo y, ahora también, de las piscifactorías; todo ello sin ningún tipo de planificación social, económica, ambiental o territorial y sin contar con la propia población local”.
En este sentido, De la Barrera aseguró que “estos vertidos no son casuales, sino que son una muestra más de mala gestión gestión por parte de las instituciones y, especialmente, del Cabildo de Gran Canaria” y lamentó que “durante diez años han estado hablando de una supuesta ecoisla que de ecológica solo tiene el nombre”.
Desde Drago Gran Canaria se exigen todas las responsabilidades políticas, legales, económicas e institucionales necesarias para averiguar qué causó estos vertidos, pero sobre todo, para que se deje de maltratar de una vez el sureste insular.