Las enmiendas de totalidad presentadas por el PP, Vox y Junts han sido aprobadas por el Congreso, lo que ha llevado a la retirada del trámite parlamentario del proyecto estrella de la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que busca reducir la jornada laboral a 37,5 horas semanales.
A pesar de tratarse de tres textos diferentes, solo se llevó a cabo una votación, dado que PP, Vox y Junts coincidieron en solicitar la devolución del texto al Ejecutivo. De este modo, el veto impulsado por los tres partidos logró avanzar con los 178 votos provenientes de estas formaciones y UPN. No se registraron abstenciones, mientras que PSOE, Sumar, ERC, PNV, Bildu, Podemos, BNG, Coalición Canaria, la diputada de Compromís que forma parte del Grupo Mixto, Águeda Micó; y el exministro socialista José Luis Ábalos, también integrante de este grupo, votaron en contra de las enmiendas.
Con 178 votos a favor de las enmiendas, 170 en contra y sin ninguna abstención, el resultado final ha llevado a que la norma concluya su recorrido en el Parlamento. Como consecuencia, el Gobierno deberá reiniciar el proceso, algo que Yolanda Díaz ya ha afirmado que hará sin importar la votación de este miércoles.
El PSOE hubiera preferido contar con más tiempo para negociar la ley y asegurar el apoyo de todos sus aliados; sin embargo, Sumar optó por cerrar el plazo de enmiendas en junio, con la intención de debatirla incluso antes del verano.
Trabajo tenía como objetivo que la votación se realizara en julio, durante el pleno extraordinario en el que el Gobierno ya había perdido un decreto ley. Sin embargo, las complicaciones para persuadir a Junts de retirar su enmienda y alcanzar un acuerdo llevaron a que el debate se aplazara hasta después del verano.
Las enmiendas fueron presentadas y, por lo tanto, el debate no pudo ser pospuesto. Así, el asunto se incorporó al orden del día del primer Pleno después del verano, a pesar de que Junts no había logrado alcanzar un acuerdo con el departamento de Yolanda Díaz. Finalmente, la formación independentista optó por mantener su enmienda de totalidad, la cual resultó fundamental para derogar la ley.