Pablo Echenique, secretario general y número dos en el organigrama de Podemos, la tercera fuerza más votada en las últimas elecciones generales del 26 de junio pasado, tuvo durante un año a una persona trabajando de asistente para él pero sin contrato legal y por tanto, sin cotizar a la seguridad social. Tras las informaciones aparecidas en la prensa, compareció el martes ante los periodistas y tras reconocer que sabía que no estaba haciendo las cosas bien, se justificó culpando al “sistema”, que “empuja a mucha gente humilde a participar en la economía sumergida”.
Resulta paradójico que Podemos, que se destaca en su denuncia permanente de todo tipo de irregularidades y no duda en acusar de corrupción a todo el mundo, ahora exhiba con semejante descaro una infracción en el orden laboral y social de este calibre, por parte de su número dos. Y encima, en el colmo de la desfachatez, la justifique culpando a un sistema perverso que aboca a la gente humilde a la economía sumergida.
Echenique debe dimitir de forma inmediata de todos sus cargos porque no se puede sostener un discurso combativo contra el fraude fiscal y el abuso laboral, a la vez que se justifica tener un asistente sin contrato y sin pagar a la seguridad social. Al fin y al cabo, si su asistente cobraba poco sería porque él le pagaba tan poco como para impedirle estar de alta en la Seguridad Social ni siquiera como autónomo, como falso autónomo sería mejor decir.
La formación morada que dirige Pablo Iglesias no tiene ni la más mínima credibilidad en tanto en cuanto Pablo Echenique siga al frente de sus responsabilidades, porque para denunciar las irregularidades ajenas, uno tiene que estar más limpio que una patena.
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