¿Alguna vez te ha pasado que hablas con alguien sobre un producto y, poco después, te aparece un anuncio relacionado en Instagram o Google? ¿O que visitas una web y luego ves sus anuncios en otras páginas durante días?
No es casualidad. En la era digital, todo lo que haces en Internet deja un rastro. Y las empresas lo utilizan para mostrarte justo lo que más probabilidades tiene de interesarte… y que termines comprándolo.
Desde tu ubicación hasta tus búsquedas, pasando por los clics que haces y el tiempo que pasas viendo algo, todo puede ser utilizado para que el marketing que recibes sea lo más eficaz posible. Lo llaman personalización. Otros lo ven como vigilancia. Sea como sea, funciona.
¿Qué datos tuyos se usan (y cómo)?
Cuando navegas por Internet, especialmente desde el móvil, se recogen múltiples señales que permiten a los anunciantes dibujar una especie de “perfil digital” sobre ti. No con tu nombre y apellidos, sino con tu comportamiento como usuario. Aquí van los principales:
Tu ubicación
Cada vez que haces una búsqueda o entras en una app, tu móvil revela dónde estás. Si estás en Las Palmas, no te mostrarán un anuncio de una peluquería en Madrid. Pero si estás cerca de un restaurante, puede que te lo sugieran. Incluso hay campañas que activan anuncios solo cuando entras en una zona específica (lo que se conoce como geolocalización).
Lo que buscas en Google
Tus búsquedas dicen mucho de ti. Si buscas “zapatillas para correr con dolor de espalda”, eso es oro puro para marcas deportivas. Google lo registra (de forma anónima) y comparte esos intereses con anunciantes que están dispuestos a pagar por mostrarte algo relacionado.
Tus clics y tu comportamiento
Qué anuncios ves, en cuáles haces clic, cuánto tiempo pasas en una página, si agregas un producto al carrito y luego te vas… Todo eso es analizado. Y con esa información, te vuelven a mostrar anuncios similares, a menudo con ofertas, para que regreses y completes la compra.
¿Y cómo saben todo esto?
Aquí entran en juego varias tecnologías, como las cookies, los pixeles de seguimiento o los identificadores móviles. Suena complicado, pero lo que hacen básicamente es seguir tu navegación entre diferentes sitios y apps.
Por ejemplo:
- Visitas una tienda online de muebles.
- Te vas sin comprar nada.
- Entras en Instagram.
- Te aparece un anuncio del mismo sofá que estuviste mirando.
Esto es lo que se llama remarketing, y es una de las técnicas más comunes del marketing digital actual. No es magia: es tecnología, datos y estrategia.
¿Las empresas saben quién soy?
En la mayoría de los casos, no. Al menos no con tu nombre, tu dirección ni tu DNI. Lo que manejan son perfiles anónimos, pero muy detallados. Por ejemplo:
- Persona en Las Palmas.
- Busca recetas saludables.
- Usa Android.
- Tiene entre 30 y 40 años.
- Interesada en deporte, cocina y mascotas.
- Ha visitado varias webs de nutrición y ha hecho clic en anuncios de delivery saludable.
Con eso, las plataformas (como Google, Meta o TikTok) te encajan dentro de un grupo de afinidad y venden espacios publicitarios a las marcas interesadas en ese perfil.
¿Y esto se traduce en más ventas?
Sí. Y muchas.
Mostrar el anuncio correcto, a la persona adecuada, en el momento oportuno… es el sueño de cualquier empresa. Y ahora, gracias a todos estos datos, es más fácil que nunca.
Algunas cifras ilustran lo potente que es esto:
- Los anuncios personalizados tienen hasta 3 veces más tasa de clics que los genéricos.
- El remarketing aumenta en más de un 40% la probabilidad de que vuelvas a comprar.
- Las empresas que usan estrategias basadas en datos consiguen aumentar significativamente sus ventas online y también sus visitas en tiendas físicas.
¿Y el SEO? ¿También usa mis datos?
Indirectamente, sí. El SEO (posicionamiento en buscadores) consiste en optimizar páginas web para que salgan en los primeros resultados cuando alguien busca en Google. Y Google, para decidir qué mostrar, también tiene en cuenta tus datos:
- Si estás en Tenerife, te mostrará resultados locales.
- Si sueles hacer clic en artículos largos, priorizará contenido extenso.
- Si usas mucho el móvil, te dará prioridad a páginas que cargan rápido y se ven bien en pantallas pequeñas.
Así que el SEO también se beneficia (y se adapta) a cómo te comportas como usuario. Por eso muchas empresas invierten en agencias SEO en Tenerife como SEOLife no solo para estar en Google, sino para aparecer justo cuando tú necesitas algo.
¿Y yo puedo controlar todo esto?
Hasta cierto punto, sí. Puedes:
- Desactivar las cookies de terceros (aunque muchas webs te lo piden para funcionar).
- Ajustar tus preferencias de anuncios en Google o Facebook.
- Usar navegadores como Firefox o Brave, que bloquean parte del seguimiento.
- Borrar el historial de navegación con regularidad.
- Navegar en modo incógnito (aunque esto solo evita que tu historial se guarde, no bloquea los anuncios personalizados).
Sin embargo, la mayoría de usuarios acepta sin leer todas estas condiciones. Y las empresas lo saben.
Un marketing que ya te conoce mejor que tú mismo
El marketing digital ya no es una valla publicitaria gigante esperando que alguien la mire. Es una operación quirúrgica, diseñada para colarse justo en el momento en que eres más propenso a comprar, reservar o contratar.
Algunos lo ven como una mejora: menos anuncios irrelevantes, más sugerencias útiles. Otros, como una pérdida de privacidad. Pero sea como sea, está claro que el modelo ha cambiado.
Hoy, la información es la moneda de cambio. Y cada clic, cada búsqueda, cada paseo con el móvil en el bolsillo… cuenta.