Sabotaje

Un robo de cables ha vuelto a paralizar el AVE. El ministro Puente ha dicho que “quien lo hizo sabía a lo que iba”. Esta frase tiene muchas interpretaciones. Una de ellas la que induce al periódico a titular la acción como sabotaje. Lo importante entonces es saber de dónde proviene el sabotaje y con qué intenciones se lleva a cabo. Todavía con lo del apagón sin resolver es interesante detenerse a observar estos supuestos.

Ahora se deja caer la sospecha de que los quinquis de toda la vida que se dedican al robo de cables en las vías del ferrocarril están al servicio de un contubernio político que pretende hundir al Gobierno. Si generalizamos un poco también el apagón fue a causa de las mismas intenciones perversas. Todo forma parte de una conspiración que quiere enrarecer la vida política española. Como si no fuera suficiente con no poder aprobar presupuestos, intentar gobernar sin el control y el consenso del parlamento y vivir aislados de una política europea que intenta aferrarse a la coherencia, siempre dependiendo de un pacto que hace aguas y culpando a la oposición de todos los males, en lugar de acordar con ella una solución de salvación como se hace en Europa.

El ministro Puente no goza de fama de fineza en sus declaraciones, pero lo que está claro es que no da puntada sin hilo. Quiero decir que todo lo que dice o declara tiene una intención. Por eso esa frase de que quien lo hace sabe a lo que va le es de aplicación directa. No hay que ser muy inteligente para descubrirlo, pero eso no le importa. Sabe a quien se dirige. Hay que esparcir un poco de calima sobre los hechos, enturbiar el ambiente. Total, solo quedan dos días para que empiece el cónclave y el nuevo papa se encargará de enterrar todas las noticias. Mientras tanto, ahí queda lo del sabotaje.