"No somos un pueblo que se rinda o que se resigne en los malos tiempos. No va a ser nada fácil superar esta situación, y en cada casa lo sabéis bien. Pero yo estoy convencido de que vamos a salir adelante. Con esfuerzo, unión y solidaridad, España saldrá adelante", ha alentado. Frente a las circunstancias "verdaderamente excepcionales" que atraviesa España, el monarca ha centrado el grueso de su mensaje navideño en las consecuencias de la emergencia sanitaria y en su llamamiento a la unidad para afrontar la recuperación social y económica.
El año que ahora acaba ha sido "muy duro y difícil", según Felipe VI, por lo que ha estimado comprensible que "el desánimo o la desconfianza" estén muy presentes en muchos hogares, en especial, donde hay "un vacío imposible" de llenar por los fallecidos por la Covid 19. Sin embargo, y tras reconocer que el panorama es "grave", ha subrayado que la respuesta a la crisis "no puede venir de la mano de más desánimo o de más desconfianza", sino que "tenemos que afrontar el futuro con determinación y seguridad en nosotros mismos, en lo que somos capaces de hacer unidos, con ánimo y esperanza, con confianza en nuestro país y en nuestro modelo de convivencia. Tenemos motivos para ello".
Ante otros escenarios similares vividos en las últimas décadas, Felipe VI ha recordado que España siempre ha salido a flote, por lo que no ha visto motivos para pensar que esta vez no será así. Según ha indicado, "ni el virus, ni la crisis económica nos van a doblegar". Frente a los retos "enormes, pero no insalvables", que afronta el país, el Rey ha marcado como meta a emprender "un gran esfuerzo nacional y colectivo" para afrontar la recuperación.
"Un gran objetivo nacional que a todos nos debe unir; que, como ciudadanos, nos compromete y nos obliga a todos", ha sostenido Felipe VI, para quien España cuenta con "una sociedad fuerte y un Estado sólido" que ayuda a encarar el reto. La llegada de la vacuna contra la Covid 19 representa, a su juicio, una "gran esperanza", pero el jefe del Estado ha reclamado a los ciudadanos mantenerse "prevenidos y no bajar la guardia" al ser "imprescindible" la responsabilidad individual.
Para que la crisis económica no derive en una crisis social, el Rey ha defendido poner en el centro a las personas y las familias, en particular, a los jóvenes, puesto que "España no puede permitirse una generación perdida". Además de proteger a los más vulnerables, ha abundando en la importancia de apoyar a las empresas, los autónomos y los comerciantes para consolidar las bases que definan un horizonte de "estabilidad y confianza económica".
Al mismo tiempo, el monarca ha tenido palabras de elogio para los sanitarios, a los que ha vuelto a dar las gracias por su "enorme esfuerzo, su extraordinaria profesionalidad y su gran humanidad con los enfermos". A estos profesionales les ha pedido que "mantengan todo el ánimo y toda la fortaleza y que sigan cuidando de nuestra salud", ante un posible agravamiento de la crisis sanitaria en estos próximos meses.