Has sido una persona inquieta, desde pequeño te fijabas en las grandes personas, las que destacaban en todos los ámbitos y siempre desde la admiración y no de la envidia. Te decías que ¿por qué no yo? .
Fuiste cumpliendo años y un día lo intentaste por primera vez, creaste tú empresa, quizás no era la que habías soñado, pero era tuya, ya nadie te mandaba, trabajaste muchas horas, infinitas más horas que cuando habías trabajado para otros, pero te ibas satisfecho a casa, conociste a personas como tú de las que aprendiste mucho, organización, gestión, ventas, compras, hacer un plan de negocio etc. También sacaste tiempo para ir a clases e incluso distes alguna sesión de lo que ahora se llama coaching y tú lo veías como un clase magistral de alguien que te transmitía unos conocimientos que valían su peso en oro.
Se te cruzaron en tú camino falsos amigos, ventajistas, pseudo empresarios y conociste la dureza del negocio en forma de bancos, también conocistes a gente maravillosa, seguiste porque lo llevabas en las venas y sabías que era mejor tener una buena idea en la vida, que pasar de perfil o envidiando a los demás.
Has sabido ganar y devolver a la sociedad parte de lo ganado, has generado puestos de trabajo, has pagado tus impuestos religiosamente y has logrado algo que no todos puedan llegar a tener en su vida, el respeto.
Has ganado, porque te has sabido levantar cuando otros se quedaban, porque tenías mucho que ofrecer y porque siempre has sabido que tu servías para esto. Por eso ahora animas a los demás a que lo hagan, a que hagamos grande este País y lo hagamos más justo, porque un país con trabajo para todos es más justo y tú te dedicas a esto, a crear empresas y generar trabajo y si esto lo repiten más personas que han visto tú ejemplo, esta vida habrá tenido sentido, gracias emprendedor/autónomo/empresario, en verdad que eres un GANADOR con mayúsculas.