Alonso, de 37 años, había anunciado el pasado martes que el año próximo no correrá en F1, en busca de nuevos retos, que, de momento, se tornan en emociones canjeables por victorias. Como la de este domingo en Inglaterra, donde volvió a extraer oro. En el circuito de la piedra de plata.
Kobayashi arrancó bien desde la 'pole', seguido por Buemi, encargado de afrontar para el equipo de Alonso la primera parte de una prueba en cuyo inicio se tocaron el Rebellion del suizo Mathias Beche y el SMP del francés Sebastién Sarrazin, que tras las primeras quince vueltas había recuperado, tras caerse hasta el fondo del pelotón, el tercer puesto de la prueba.
Los dos coches híbridos de Toyota que encabezan el WEC (siglas en inglés del World Endurance Championship, el Mundial de resistencia) en su categoría principal, la LMP1, cargaron combustible por primera vez tras repetir 22 veces el trazado del circuito que albergó, en 1950, la primera carrera de la historia de la Fórmula Uno.
Una categoría en la que, después de brillar durante 17 años, no seguirá la temporada que viene Alonso, en busca de nuevas metas, que, con miras a la 'Triple Corona' y después de haber ganado en junio las 24 Horas de Le Mans, le podrían llevar de nuevo a disputar las 500 Millas de Indianápolis (EEUU) el año próximo.