Causaba sonrojo leer la Sentencia de la Sala Octava del T.J.U.E sobre el supuesto incumplimiento Estado Miembro (ESPAÑA) - Recogida y Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas - por incumplimiento tardío de la Directiva 91/271/CEE, y su correspondiente articulado.
Si las sanciones económicas suelen surtir un efecto molesto y retardado, pero en definitiva superable, y ya hablaremos de las mismas en otro momento, las resoluciones de los Tribunales destinadas a corregir el comportamiento de un Estado, deberían resultar moralmente demoledoras para las AA.PP., y podrían servir coloquialmente hablando, como una especie de sinapismo para los responsables directos.
Porque amigos lectores, llego siempre a la misma conclusión. Se trata de un tema de genética media española, “lo de aplazar nuestras obligaciones casi siempre para mañana……”
Eso ha ocurrido con la polvareda levantada por las recogidas y depuraciones de aguas residuales.
A lo largo de las veinte páginas que componen la Sentencia, pormenoriza el Tribunal, una serie de detalles que no le corresponde al mismo juzgar, tal y como si el sistema español, se diluye entre Estado; Autonomías y Entidades Locales, a efectos de responsabilidades.
Pero lo que resulta inadmisible, es que haya transcurrido un cuarto de siglo de un larguísimo historial de episodios acaecidos desde la vigencia de la Directiva hasta la próxima finalización de nuestro compromiso con la U.E. bajo un aurea, en el que no estamos precisamente bajo su manto.
En fin, en base a intentar ser coherentes con lo mencionado anteriormente, vamos a detenernos de forma resumidas en unos cuantos numerales de la Sentencia, en aquello que afecta a los núcleos urbanos de nuestras Zonas, pero teniendo muy en cuenta a los personajes de esta trama.
Primero, en el numeral nº 8 de la Sentencia del 14.04.2011, la Comisión denunciaba a España por unos supuestos incumplimientos relacionados con el encabezamiento de esta columna (14.4.2011), teniendo ya en cuenta que la primera fecha de compromiso por parte de España, se inicia en el año 2000.
Segundo, en el numeral 10, se citan una serie de fechas correspondientes a los años: 2011, 2012, y 2013, en los cuales España se manifiesta en una serie de supuestos a través de los cuales expone sus razonamientos.
Tercero, en el numeral 13, la Comisión Europea, con fecha 31.05.2013, expresaba la concesión de dos meses adicionales, a fin de que España formulara observaciones, ya que, a su juicio, no se habían adoptado todas las medidas destinadas a solventar la inexistencia de colectores en el Valle de Güimar; la falta de tratamientos de aguas residuales igualmente que en la anterior localización, además del Noroeste Valle Guerra.
Cuarto, continua el numeral 12, argumentando otra batería de respuestas españolas relativas a los años 2013 a 2016, ambos inclusive, así como sus últimas observaciones.
Quinto, en los numerales 19 a 22, manifiesta el T.J.U.E como fecha para determinar si existe incumplimiento, la del 31.07.2013. Es decir, no se había llevado a cabo el tratamiento de aguas residuales en Noroeste Valle Guerra. Así mismo, en cuanto a Valle de Güimar, al no haberse producido un caso de fuerza mayor que haga imposible su ejecución, ya que España no puede alegar dificultades de orden interno (reordenación del territorio) para justificar el incumplimiento de sus obligaciones.
Sexto y último, finalizamos con el numeral 31, reconociendo la Comisión Europea, que después de fijado el plazo finalizado, Noreste Valle Guerra, había cumplido con las exigencias de la Directiva, excepto Valle de Güimar.
Observamos, que no ha llegado la sangre al río a la vista de que el T.J.U.E. en un índice de gravedad del 1 al 20, ha calificado la situación española en 7, lo cual creemos qué, y permítanme la licencia, eclesiásticamente sería calificado como “pecado venial”
Al 25.7.2018, fecha de la Sentencia, habrán transcurrido al menos 18 años, desde que se iniciaron los acontecimientos, y continúan evolucionando, pero no del todo, porque aún quedan cosas por concluir, y los plazos se prolongarán aún más.
Pero aún así, a CANARIAS.DIARIO.COM, siempre que puede, le gusta ofrecer sus lectores lo que ocurre “entre bambalinas”.