INGREDIENTES:
Fuerza de voluntad, compromiso con nosotros mismos, fe, ganas de superarse día a día , mucho amor propio y constancia.
ELABORACIÓN:
Para empezar esta receta vamos a coger todos estos ingredientes: Fuerza de voluntad, compromiso con nosotros mismos, fe, ganas de superarse día a día y mucho amor propio y vamos a batirlos en la túrmix. Primero cogeremos la fuerza de voluntad porque sin ella no podremos hacer nada. Habrá muchos días que nos costará levantarnos de la cama, o que pensaremos: ¿para qué sirve mi vida?. Y será en esos días cuando, la fuerza de voluntad tendrá que ser la base de esta receta.
Después cogeremos el compromiso con nosotros mismos, porque sin él no podremos elaborarla. Nadie importa más que nosotros mismos y nunca le importaremos tanto a nadie como nos debemos importar a nosotros, porque desengáñate, si tú no te quieres, nadie lo hará por ti.
A continuación sazona con un buen puñado de fe, ya que sin ella, los dos ingredientes anteriores serán difíciles de llevar a cabo. Ahora añade muchas ganas de superarte día a día., porque así te será más sencillo. Crea una planificación estratégica de tus objetivos y prémiate cada vez que consigas uno de ellos, por ejemplo, ¿has conseguido levantarte esta mañana sin el despertador?, ¡bien!, cómete ese bombón que llevas todo el día queriendo comer. Y ahora añade a la túrmix mucho pero mucho de amor propio, porque tú y solo tú eres el centro de tu vida y puedes hacer que ella sea lo que tú quieras.
Una vez mezclado todo, saca la mezcla y añade el ingrediente principal: la constancia,. Verás que en nuestro recetario este ingrediente te va a hacer mucha falta realmente porque sin él no podrás hacer nada. Crea tú mismo unos hábitos empezando por cosas muy sencillas y ve poco a poco, aumentando la dificultad , verás que es mucho más sencillo de lo que parece si utilizas este ingrediente.
Tú eres el dueño de tu vida y el haceedor de la misma.
¡Nunca lo olvides!