La experta en fisioterapia y osteopatía, Flor María Trujillo, advierte de que utilizar tacones altos provoca el cambio de las articulaciones del pie, produciendo que rodilla y cadera se flexionen y se incremente la curvatura de la espalda.
"Andar sobre tacones altos desplaza el cuerpo hacia delante y obliga a los dedos y al antepié a soportar todo el peso, provocando dolor y daño en estas extremidades; lo que se provoca es el cambio de todas las posiciones articulares", nos ha explicado la fisioterapeuta.
Desequilibrios en la postura y patologías crónicas
Las lesiones pueden ser irreversibles porque "lo que genera son dolores a nivel lumbar y cambios artrósicos en la rodilla, de alguna manera irreparables tanto en el pie como en otras partes del cuerpo", añade. Otra de las consecuencias repercute directamente en el equilibrio y estabilidad ya que "la musculatura de las partes laterales del pie y de la pierna tienen que estar trabajando de forma constante para poder equilibrarse; el bamboleo que se produce al caminar repercute en rodillas, cadera y espalda", asegura la experta. Desde el Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid advierten que tanto el uso de sandalias como de tacones puede conllevar problemas. Además de los desequilibrios en la postura, señalan, la mujer puede padecer artrosis o artritis en las rodillas, afecciones de nervios, tendinitis, metatarsalgia, esguinces y fracturas.
Las embarazadas, grupo de riesgo
Si para cualquier mujer el empleo de un calzado excesivamente alto es perjudicial, para las mujeres embarazadas todavía lo es aún más, y el aumento del riesgo de caídas es el principal motivo por lo que este tipo de zapato está contraindicado.