MUNDO

Un alcalde sirio en Grecia y refugiados resucitan un resort turístico

Son 38 bungalows perfectamente pintados

Cerró por crisis

Domingo 19 de junio de 2016
En un pequeño apartamento de dos plantas, pintado de blanco y situado junto a una playa muy pintoresca, Tarek Al Felou y su mujer, Kinda, preparan shish barak, un plato procedente de Oriente Próximo hecho de una especie de dumplings de carne.

Sus vecinos son unos 320 refugiados, en su mayoría procedentes de Siria. Desde finales de marzo, Al Felou y sus vecinos le han dado una nueva vida a LM Village, un resort de vacaciones que cerró hace cinco años, a causa de la crisis económica.

Ahora, cada uno de 38 los bungalows perfectamente pintados, aloja a dos familias. La colada se mece con la brisa. Madres conversan tranquilamente en los porches a la sombra de las palmeras. Varios adolescentes juegan al baloncesto en una cancha abandonada, mientras un grupo de niños pequeños juega bajando y subiendo un tobogán acuático pintado de azul y amarillo, desteñido por el sol. "¡Yallah, bájate de ahí!" grita uno de los chicos mayores. Cinco veces al día, el llamamiento a la oración de uno de los ancianos resuena por la plaza.

El resort, convertido en el hogar de este grupo de refugiados, es un pueblo en todos los sentidos, totalmente alejado de los combates, los bombardeos y los asedios de los que sus habitantes escaparon tan sólo unos meses atrás.

Para la mayoría, es lo más parecido que han tenido nunca a sus vidas antes de la guerra. "En este lugar, nos intentamos olvidar de que somos refugiados", dice Tarek, de 42 años. Tarek era el dueño de un restaurante a las afueras de Damasco, pero tuvo que huir a Grecia con Kinda y sus dos hijas. "Podemos fingir que estamos de vacaciones".


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