Sin embargo, la historia tiene final feliz porque, gracias a un registro de la policía en casa del traficante de drogas, Bubba ha podido ser felizmente desintoxicada. Los agentes de policía no daban crédito de lo que se encontraron al entrar, el pasado mes de marzo, en una vivienda en Los Ángeles.
La Policía se encontraba realizando un registro en casa de un supuesto traficante de drogas cuando se encontraron con Bubba.
La perra se comportaba de manera muy extraña. En el registro, la policía confiscó kilos de cocaína y de cristal lo que les dio la sospecha de que perro podía haber ingerido alguna de estas sustancias y ahí su comportamiento. Unas sospechas que la prueba toxicológica convirtió en realidad. Bubba había 'consumido' heroina, metanfetaminas y nicotina, según explicó un oficial de la policía al diaro 'LA Times'.