Un informe conocido hace pocos días reflejaba que los canarios son, junto a los melillenses, quienes más descontentos están con su sanidad pública. Otro dato que pone de manifiesto la incapacidad del Ejecutivo para poner orden en la que es una de las tres grandes preocupaciones de sus ciudadanos, además de un gran problema.
Más preocupante aún es que los canarios hayan pasado a preferir la privada para consultas de atención primaria, haciéndole el duro a quienes nos cobran 100€ por recetarnos un Augmentine. Ya no confiamos en un servicio que otrora era orgullo de nuestra tierra, con aquellos doctores que dieron su vida por la causa de sus vecinos. Los que no sabían de cobros, y de cuya generosidad vivieron barrios enteros, como el amado Toscal tinerfeño del ilustre don José Pérez Trujillo, cuya estatua se erige en el centro de la ciudad, muy cerca de la Plaza del Príncipe.
Todo esto mientras nuestros políticos se pelean por dirigir el país y por fondos del IGTE que no van a ir a lo realmente importante, a Educación y Sanidad, esos dos pilares básicos de los que todo el mundo habla pero nadie atiende. Esperemos que al menos las avenidas queden bien bonitas...