EMPRESA

Cómo adquirir la visión estratégica para liderar el crecimiento empresarial en Canarias

Martes 16 de diciembre de 2025
Claves para desarrollar una mentalidad directiva capaz de anticipar, innovar y guiar a la organización. Competencias para liderar empresas más ágiles y resilientes.

Conseguir que todos los departamentos de una empresa trabajen en sintonía es uno de los grandes retos a los que se enfrenta un líder. No basta con que los equipos sean eficientes, sino que hay que evitar los silos de información y el solapamiento de tareas entre ellos. Para que toda la plantilla de una organización esté enfocada en unos objetivos comunes, se necesita una estrategia clara y bien planificada.

Por este motivo, la mentalidad estratégica se ha convertido en una de las virtudes que distingue a los líderes de éxito del resto. Para impulsar el crecimiento empresarial, además de habilidades directivas, un CEO debe contar con un conocimiento amplio tanto de su propio negocio como del sector en el que se mueve.

En muchos programas formativos, como el Advanced Management Program en Canarias de IE Business School, el desarrollo de una visión estratégica de la empresa es, de hecho, el objetivo principal. Pero, aunque en el mundo de los negocios se menciona mucho este concepto, no siempre queda claro a qué hace referencia exactamente. ¿Qué es realmente la visión estratégica?

La visión estratégica y su importancia

Cuando hablamos de visión estratégica, nos referimos a una visión clara de los objetivos de una organización y los métodos que se emplearán para alcanzarlos. Es un concepto amplio que engloba la capacidad de un líder para anticipar tendencias, encontrar nuevas oportunidades y adaptar sus estrategias a los cambios en el mercado.

La incertidumbre es una constante en el ecosistema empresarial, y más aún en un momento como el actual, en el que los conflictos geopolíticos y los avances tecnológicos están generando una enorme disrupción. Hoy por hoy, solo aquellos líderes con visión estratégica serán capaces de implantar modelos de negocio flexibles y sólidos en sus organizaciones.

Contar con una visión estratégica implica:

  • Entender cuál es la situación actual de tu empresa, siendo consciente de sus puntos fuertes y débiles.
  • Ser capaz de definir objetivos medibles a corto, medio y largo plazo.
  • Conocer las amenazas del entorno y entender cómo influyen las diferentes partes interesadas en tu negocio.
  • Contar con las herramientas para identificar nuevas oportunidades.

¿Cómo se puede desarrollar una visión estratégica?

El pensamiento estratégico no es un don con el que algunas personas cuentan y otras no. Al igual que la gestión de la incertidumbre o las soft skills, es una habilidad que se puede adquirir y fortalecer con los años. Estos son algunos de los pasos para lograrlo:

1. Análisis de la empresa

Un líder tiene que estudiar a fondo su negocio: sus objetivos, su propósito y sus valores. Es el primer paso para trazar un plan estratégico y también para elegir un equipo directivo acorde a las necesidades de la organización.

2. Conocimiento del entorno

Igual de importante es estudiar el entorno en el que se mueve la organización: las tendencias, los retos a los que se enfrenta, las características de los clientes potenciales, las herramientas tecnológicas en auge y el comportamiento de los competidores. Este análisis debe ser continuo, ya que todos estos elementos cambian constantemente.

3. Desarrollo de la creatividad

Las mejores estrategias de crecimiento empresarial parten del pensamiento creativo. Estar en contacto con otros líderes, asistir a eventos, leer mucho (y no limitarse a textos relacionados con el mundo de los negocios) o participar en programas de formación ejecutiva son buenas maneras de inspirarse. Saber qué se está haciendo y, sobre todo, qué no se está haciendo en otras empresas es fundamental.

4. Creación de un equipo diverso

Si te rodeas de profesionales con diferente trayectoria, procedencia geográfica y formación, te será mucho más fácil innovar. Tener en cuenta perspectivas diversas, además de enriquecer tu visión estratégica de la empresa, facilitará la aceptación entre el personal de las estrategias que pongas en marcha.

5. Seguimiento, ensayo y error

Los fracasos también sirven para aprender. Una vez que implementes un plan estratégico, debes hacer un seguimiento para saber qué iniciativas están funcionando y cuáles no. La estrategia empresarial no es algo estático: siempre hay tiempo de corregirla, replantearse algunas operaciones y adaptar los modelos de negocio a los cambios en el mercado.

El aprendizaje continuo es indispensable para cualquier directivo que quiera seguir siendo relevante en su sector a largo plazo, y especialmente para aquellos que pretendan desarrollar una visión estratégica sólida. Los beneficios son evidentes: un líder con mentalidad estratégica tiene muy claro qué quiere lograr y cómo puede conseguirlo, y esa amplitud de miras es lo que le permite asumir riesgos, buscar la excelencia y construir una empresa resiliente.

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