OPINION

Reacciones del día siguiente

Julio Fajardo Sánchez | Viernes 21 de noviembre de 2025

“Hay que defender la soberanía nacional”; “Esto va a traer consecuencias que lamentaremos”; “Ha sido un golpe de Estado dado por los jueces”. Estas y otras cosas parecidas se han escuchado después de conocer el fallo del TS inhabilitando a García Ortiz. La reacción es bastante menos tranquilizadora que los efectos que produzca la sentencia. Es cierto que hay dos votos particulares, pero cuando en el Parlamento no se alcanza la unanimidad o el Gobierno no consigue aprobar los presupuestos nadie dice que se está quebrando la soberanía nacional, ni las militancias amenazan con echarse a las calles, ni se acusa a los que se oponen de dar un golpe de Estado.

Sería interesante conocer la opinión de la gente de a pie para saber hasta donde los ciudadanos aceptan o no la decisión de los jueces. En paralelo se ha generado un debate sobre el valor que tiene en un juzgado el testimonio de periodistas que se amparan en el derecho constitucional de no revelar sus fuentes. Parece que los tribunales están obligados a creerlos. Si esto fuera así no se celebraría ningún juicio, porque todo se resolvería en una reunión alterada de tertulianos, dado que los que sostienen su verdad delante de los jueces son los mismos que lo hacen en los platós de la televisión. Creer a unos y no a los otros forma parte de esa división entre los medios adictos y la máquina del fango que se ha intentado instituir como práctica de manipulación ideológica. Es decir, el debate general se traslada a los tribunales y la verdad solo es una: la que emane de un poder cada vez más autárquico. Esta es la conclusión que extraigo de este juicio lamentable. Un juicio que se le hace en paralelo a la democracia.

Hay quien ha emparentado el hecho con la “celebración” de la muerte de Franco, cuando las intenciones de conmemorar esa efemérides a bombo y platillo vienen de donde vienen. Lo de defender la soberanía nacional ha sido pronunciado en la presentación del libro de Cercas sobre el 23 F. El libro de Cercas es un ejemplo de crítica libre a nuestro sistema, como la haría yo mismo, pero aquí se aprovecha todo. No se entiende que ahora sea un ejemplo lo que en la noche anterior fue presentado por Motos en El Hormiguero. También el día antes se falló el premio Cerecedo y allí, ante la presencia del rey Felipe VI y la reina Leticia, no se hizo mención al atentado realizado a cierta prensa por los magistrados del Supremo. Nadie habló de cercenar derechos. Al contrario, se denunció la actuación de los propagandistas mediáticos.

Hoy se llenan los periódicos de editoriales consagrando a dos heroínas magistradas que han sido capaces de plantar cara a un poder judicial vendido a la derecha. No es así, aunque entiendo que este sea un argumento para enardecer y movilizar a los votantes. La lástima es que éste carezca de lógica democrática por mucho que se pretenda mantener el monopolio de la verdad por encima de todo.


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