El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido, una vez más, cargar sobre los hombros de los autónomos el peso de su política fiscal. La propuesta de elevar las cuotas mensuales hasta 206 euros, con incrementos progresivos hasta superar los 1.200 euros en 2028, es una muestra más de una Administración que, lejos de apoyar a quienes generan empleo y riqueza, opta por asfixiarles económicamente.
Las organizaciones representativas del sector han calificado esta medida de "sablazo injustificado" y "obsesión recaudadora enferma". Los autónomos con rendimientos bajos, que ya luchan por sobrevivir, verán cómo sus cuotas aumentan sin que se les ofrezca una mejora en los servicios que reciben a cambio.
Es hora de que el Gobierno deje de ver al autónomo como una fuente inagotable de ingresos y comience a reconocer su papel fundamental en la economía
Esta reforma es injusta y contraproducente. En un contexto económico delicado, imponer nuevas cargas fiscales es un golpe letal para el tejido empresarial. El Ejecutivo parece más interesado en mantener su aparato burocrático que en fomentar un entorno favorable para los emprendedores.
Es hora de que el Gobierno deje de ver al autónomo como una fuente inagotable de ingresos y comience a reconocer su papel fundamental en la economía. La reforma propuesta es una agresión directa a quienes, con su esfuerzo diario, mantienen en pie la economía del país. Si el Ejecutivo no rectifica, estará condenando a miles de autónomos a la desaparición.
La ministra de Seguridad Social, Elma Sáez, debe rectificar y retirar una reforma que despierta rechazo unánime y que, tal y como está redactada, no cuenta con respaldo parlamentario que asegure su viabilidad.