Hoy Yolanda ha perdido una votación. El Gobierno se ha encargado de que esto sea así dejándola sola. El presidente se ha ido al cine como si no fuera con él. Ella ha aprovechado para dar un mitin poniéndose en el lado de los buenos, como siempre. El problema de la política es que se trata de una guerra entre buenos y malos. España tiene otras tradiciones, como los moros y cristianos del levante o los marrajos y californios de la semana santa cartagenera. En estos casos vuelven a ser amigos después de quitarse los disfraces o los hábitos, pero en la política se hacen más sangre en nombre de la llamada clase social trabajadora.
Mientras esto sucedía en Madrid, los comunes estaban más pendientes de los drones con que Israel atacaba al yate de Greta Tunberg y Ada Colau en el puerto de Túnez., y el resto de activistas tirados en las carreteras por donde pasa la vuelta ciclista. Mientras el mundo habla de los drones contra un país de la OTAN Yolanda se desgañita mitineando en un parlamento medio vacío. Del Gobierno no estaba ni el Tato y el azul del cuero de los sillones lucía en todo su esplendor. Esto se podría interpretar como una huida, pero no lo es. A Yolanda le han hecho el vacío pero la sangre no llegará al río. Volverá a sonreír y a besuquear a todos los que tiene al lado, que es lo mejor que se le da.
Pedro se ha ido al cine con Begoña para ver la película de Amenábar. Esta noche quizá llame a la vice para comentar la peli. Va de Cervantes. Muy española y, según parece, muy reivindicativa de los temas LGTBI. Y yo que pensaba que a nuestro novelista solo le interesaba al feminismo por la historia de la pastora Marcela. Las cosas no andan bien, pero al mal tiempo buena cara. Los de Puigdemont se han retratado como poco progresistas. Eso ya lo sabíamos. Yolanda les ha echado un chorreo. Ellos van a lo suyo y el que las cajeras salgan una hora antes de sus turnos no les preocupa demasiado. Lo que se ha escenificado no es una sorpresa. Es lo que hay. Lo social se mezcla con lo woke y parece que no se molestan, pero sí lo hacen.
El wokismo esta en decadencia y España se está convirtiendo en un bastión de resistencia, excepcional en Europa. Yolanda también está a punto de ser una excepción. Sola, fané y descangallada, como en el tango, se verá desprovista de la carroza, como la Cenicienta. No sé lo que pensará Pablo Iglesias. Echenique desde TEM no ha hecho nada por defenderla. Este globo se desinfla solo.
El grupo parlamentario del PP ha recibido la orden de no aplaudir al anunciar el resultado de la votación. Hace unos días hablando de fosas y cantando mi limón mi limonero y hoy guardando silencio, como en un entierro; nunca mejor dicho. No sé qué va a pasar con la OTAN ahora que Trump está entretenido en el Caribe. Ha hecho unas declaraciones sobre Pedro Sánchez y su posición con respecto al genocidio. Sánchez estaba esperando algo de esto porque el enfrentamiento le da oxígeno. Lo de Yolanda es un problema menor, reducido a un fracaso personal. Volverá a intentarlo como si fuera Paco Martínez Soria en Don erre que erre.