OPINION

Conversación con Pepa Bueno

Julio Fajardo Sánchez | Jueves 04 de septiembre de 2025

La entrevista de Pedro Sánchez con Pepa Bueno trae cola, pero no por la foto de enajenado que circula por las redes sino por algunas frases de su contenido que asombran a los lectores. Lectores hay pocos, son más los consumidores de imágenes, así que los efectos cubren dos frentes y el protagonista no sale bien parado en ninguno de los casos.

Hoy Daniel Gascón se arriesga a salirse del guion de los palmeros resaltando un titular que es una carga de profundidad: “No importa gobernar sin presupuestos y sin parlamento. Celebrar elecciones paralizaría el país”. Esto le ha dicho el presidente a la periodista que él mismo ha puesto al frente del telediario. Esta frase, demoledora para cualquier situación democrática, queda atemperada porque es la repetición de lo que viene diciendo desde el primer momento, como si fuera un reto chulesco a las exigencias del sistema. No pasa nada, pero sí pasa.

La primera conclusión sería que no se puede acusar a nadie de acosar y socavar al poder legítimamente establecido, porque la afirmación es lo suficientemente demoledora como para no señalar a nadie más que al que la pronuncia. Estamos ante un caso de autodestrucción. Si a esto le sumamos la expresión de enajenado tendríamos que empezar a preocuparnos al estar atravesando por un problema de carácter clínico que no nos puede pasar desapercibido.

Me niego a pensar que dentro del colectivo heterogéneo que se sienta en el Consejo de Ministros no haya nadie que no repare en estos asuntos y muestre al menos un rictus de incomodidad. Hay una conspiración del silencio confundida con una falsa lealtad impuesta desde el primer momento. Es característica de una forma de gobierno que se aleja cada vez más de lo que entendemos por democracia. Se llama resistencia, pero es otra cosa. La resistencia, al fin y al cabo, es una virtud y esto es una perversión. Me niego a admitir que se trate de una fanatización generalizada, como una pandemia de la que debemos protegernos con confinamientos y vacunas. El problema es que el negacionismo está ahora situado en el lado contrario y la posición radical de no aceptar la realidad se ha convertido en un acto heroico.

Menos mal que, como dice Pérez Reverte, cuando todo cambie, los leales serán los primeros que lo negarán, corriendo a salvar el culo, como siempre han hecho, igual que hizo Pedro con Jesús y luego fue el jefe de la Iglesia. La entrevista de Pepa Bueno ha dado para mucho, y a los tres días todavía sigue siendo motivo de análisis en la prensa progresista. Vamos a ver cuánto dura. Ni la foto de Illa con Puigdemont ha sido capaz de silenciarla. Las imágenes de Sánchez, con un moreno grisáceo y la mirada desorbitada dicen a las claras que La Mareta no le ha servido para recuperarse, y no son los incendios precisamente los que lo tienen así.


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