TAGOROR

"Durante 2024 recibimos 4 millones de turistas más… pero invisibles"

Miércoles 20 de agosto de 2025
Por Miguel Ángel González Suárez

Llevamos más de seis décadas vinculados al turismo canario y nunca habíamos visto un escenario tan preocupante. No hablamos de crisis económicas, pandemias o fenómenos naturales. Hablamos de algo mucho más silencioso y, por ello, más peligroso: la ceguera voluntaria ante una realidad que está desbordando nuestro modelo turístico.

La realidad que supera la ficción oficial

Los datos oficiales aseguran que Canarias recibió 18 millones de turistas en 2024. Pero cualquiera que camine por las calles de las zonas turísticas en Canarias ve que esa cifra no cuadra con la realidad. Desde el Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife (CIT) llevamos advirtiendo de lo que hemos denominado "turismo fantasma": millones de visitantes que consumen recursos, utilizan infraestructuras y generan impactos en el territorio, pero que no aparecen en las estadísticas.

Nuestras estimaciones, basadas en el análisis real de flujos turísticos y en la experiencia observando estos movimientos, apuntan a que el archipiélago recibió al menos 4 millones de turistas más de los contabilizados oficialmente. En consecuencia, Canarias no gestiona 18 millones de visitantes, sino más de 22 millones. Y esa diferencia cambia absolutamente todo.

Para dimensionar este impacto: con una población residente de 2,2 millones de habitantes, estamos hablando de recibir anualmente el equivalente a 10 veces nuestra población, no las 8 veces que reflejan las estadísticas oficiales. La presión demográfica real es superior a la reconocida.

El agujero negro de las viviendas vacacionales

El sector de las viviendas vacacionales es el gran punto ciego de la estadística turística. Oficialmente, su ocupación real media durante 2024 apenas llega al 26 % (datos oficiales). Pero cualquier profesional del sector sabe que esa cifra es irreal e insulta nuestra inteligencia.

Los propios datos oficiales revelan la incoherencia matemática: según las estadísticas de 2024, los hoteles y aparthoteles (350.000 camas) registraron un 80% de ocupación. Multiplicando estas camas por 365 días y dividiendo entre 7 días de estancia media, obtenemos una capacidad de 18.250.000 visitantes. Aplicando el 80% de ocupación real, estos establecimientos alojaron a 14.600.000 turistas de los 18 millones totales oficiales.

Por tanto, los 3.400.000 visitantes restantes se alojaron en vivienda vacacional. Con 250.000 camas disponibles en este sector, aplicando la misma metodología (250.000 x 365 ÷ 7 = 13.000.000 de capacidad), la ocupación resultante sería del 26% (3.400.000 ÷ 13.000.000). Una cifra absolutamente inverosímil para un destino turístico de la demanda y consolidación de Canarias.

En Tenerife, un apartamento en zona turística rara vez baja del 50-60 % de ocupación anual, y muchos superan el 70 %. La brecha se explica en gran medida por la economía sumergida más grande que ha conocido nuestro archipiélago: miles de propietarios operan al margen del sistema, alquilan sin declarar y mantienen a millones de turistas en la invisibilidad estadística y fiscal.

Las consecuencias de negar la realidad

La discrepancia entre las cifras oficiales y la realidad tiene efectos devastadores que los 2,2 millones de canarios padecemos a diario:

  • Sanidad al límite: Los hospitales colapsan sistemáticamente. El Hospital Universitario de Canarias registra saturaciones del 140 % en urgencias que serían inexplicables con 18 millones de turistas, pero que encajan perfectamente con 22 millones. Nuestro sistema sanitario está dimensionado para 8,2 turistas por cada residente, no para los 10 reales que soportamos.
  • Infraestructuras desbordadas: La saturación crónica de la TF-1, los colapsos en los aeropuertos, la presión sobre las redes de abastecimiento de agua… nada de esto se justifica con las cifras oficiales, pero todo cobra sentido al sumar los 4 millones de visitantes invisibles.
  • Mercado inmobiliario en quiebra social: Los precios disparados de la vivienda en Canarias tienen una explicación oculta. Los canarios no solo competimos con la especulación, sino con una demanda turística real mayor que la reconocida.

Estamos perdiendo la batalla por nuestros propios hogares contra fantasmas estadísticos.

Irresponsabilidad de las administraciones

Llevamos tiempo advirtiendo de este fenómeno en reuniones e informes.

Esta actitud no es solo negligente, es criminal.

Gestionar un territorio con datos erróneos es una irresponsabilidad. No se pueden planificar infraestructuras, servicios sanitarios o recursos hídricos con cifras que todos sabemos desfasadas. Los ayuntamientos, cabildos y el Gobierno de Canarias tienen la obligación moral y política de investigar esta situación con la urgencia que merece.

Es especialmente grave que, con una población de solo 2,2 millones de habitantes, estemos soportando una presión turística oculta equivalente a recibir cada año a toda la población de Irlanda sin que aparezca en los registros.

El coste billonario de la inacción

Si nuestras estimaciones son correctas, Canarias pierde más de 600 millones de euros anuales en recaudación fiscal por este turismo sumergido. Para una comunidad de 2,2 millones de habitantes, esto equivale a 273 euros por canario que se pierden cada año en los bolsillos de la economía sumergida.

Un dinero que podría destinarse a reforzar infraestructuras, mejorar los servicios públicos y elevar la calidad de vida de los residentes. Pero más grave aún es el riesgo de estar gestionando nuestro territorio al borde del colapso sin saberlo.

Planificamos recursos hídricos, servicios de emergencia, capacidad hospitalaria y tratamiento de residuos para 20,2 millones de personas-año (2,2 millones de residentes + 18 millones de turistas), cuando en realidad necesitamos capacidad para 24,2 millones.

Un déficit estructural del 20 % que explica muchos de nuestros problemas cotidianos.

El punto de no retorno

Con 2,2 millones de residentes soportando la presión real de 22 millones de turistas anuales, Canarias está rozando peligrosamente su punto de no retorno. La ratio real es de 10 turistas por cada canario, una cifra que nos sitúa en una posición única y preocupante a nivel mundial.

Canarias se sitúa dentro de un grupo muy reducido de destinos regionales del mundo que tienen una ratio de turistas por habitante superior o cercana a 10. La mayoría de los lugares que superan ese umbral suelen ser ciudades históricas, microestados o localidades turísticas concretas, como Dubrovnik, Venecia, Brujas, Andorra o Macao. Lo excepcional de Canarias es que se trata de una región entera.

  • Canarias: ~10 turistas por residente (según nuestros cálculos, pero oculto)

Esto significa que estamos gestionando una presión turística sin precedentes históricos ni referentes mundiales de éxito. No existen modelos de sostenibilidad para consultar cuando eres uno de los únicos dos territorios del planeta en esta situación extrema.

Esta sobrecarga oculta explica por qué nuestros jóvenes se marchan, por qué nuestros mayores no encuentran plazas en residencias, por qué nuestras carreteras colapsan, por qué el agua escasea y por qué los servicios públicos se saturan más allá de lo explicable con las cifras oficiales.

Desde el CIT de Santa Cruz exigimos un plan de choque inmediato:

  • Auditoría de emergencia del turismo canario, con metodología independiente, trabajo de campo real. No podemos seguir confiando en estadísticas que ignoran a 4 millones de personas.
  • Plan de afloramiento masivo del turismo sumergido, con amnistía fiscal temporal para la regularización y sanciones ejemplares para quienes persistan en la opacidad. La situación es demasiado grave para medias tintas.
  • Redimensionamiento urgente de toda la planificación territorial, sanitaria y de servicios públicos, ajustada a la realidad de 24,2 millones de personas-año, no a los 20,2 millones oficiales.
  • La encrucijada final

    Canarias se encuentra ante su encrucijada más decisiva. Podemos seguir mirando hacia otro lado hasta que el colapso sea irreversible, o podemos afrontar con valentía una realidad que, reconocida a tiempo, aún tiene solución.

    No pedimos menos turismo, pedimos honestidad estadística. No exigimos restricciones, exigimos planificación real. No queremos alarmas, queremos gestión responsable de una realidad que ya nos supera.

    Los 4 millones de turistas invisibles no van a desaparecer por arte de magia. Ya están aquí, han venido para quedarse, y están consumiendo recursos, impactando en el territorio y condicionando el futuro de nuestros 2,2 millones de residentes.

    La pregunta final es demoledora: ¿vamos a permitir que estos fantasmas estadísticos destruyan el futuro de las generaciones canarias, o vamos a actuar con la responsabilidad que exige ser el destino que recibe a 10 turistas por cada residente?

    El tiempo se agota. La realidad no perdona. Y los canarios merecemos saber la verdad sobre el territorio que habitamos.

    Miguel Ángel González Suárez, presidente del Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife


    Noticias relacionadas