La noticia del día ha sido añadir al artículo 4.5 del Código Ético del Partido Socialista, el que se refiere a la igualdad, un texto que concluye con la expulsión de los miembros que practiquen la prostitución. Según parece es el resultado de una reunión con responsables de igualdad de la organización. Se utiliza el término "sistema prostitucional", frecuentemente empleado por las corrientes feministas, para condenar esa práctica aberrante. La sensación es de que se actúa en caliente después del escándalo provocado por la publicación de los audios de Koldo.
Hasta hace unos días el argumentario insistía sobre la libertad de Ábalos para ejercer sus actividades sexuales del modo que estimara conveniente, mientras no lo hiciera con dinero público. Hoy las cosas han cambiado debido a un aumento de la desafección del voto femenino, expresada en las encuestas, y achacada a este asunto concreto. Para nada se habla de una iniciativa parlamentaria referente a la abolición de esa actividad. Sólo se establece una medida punitiva de carácter interno que acabaría con la expulsión. Tampoco se fija el procedimiento para descubrir a los supuestos practicantes y aplicarles la sanción.
Me parece correcto que se defienda la integridad de las mujeres en este y en otros terrenos. Incluso que se le denomine sistema prostitucional que suena más a norma general de convivencia o a la perversión de esta última, en todo caso. Ya veremos quién se encarga de investigar la vida privada de los militantes para ver si están limpios y, en definitiva, cuál será el procedimiento de causa prospectiva que se seguirá contra los sospechosos para empezar a hacer la criba.
Para que esto tenga efecto habría que llevar a cabo alguna actuación ejemplarizante. Al menos un par de docenas para que sea creíble. Si no dan con ningún putero en el partido, esta medida no servirá para nada. El problema es que si se comprueban algunas insinuaciones de Aldama no haría falta recurrir a los tribunales porque los supuestos afectados serían suspendidos de militancia en aplicación del Código Ético. Como se ve es un arma de doble filo, igual que ocurre con todo aquello que está dictado por la urgencia.
Que conste que no estoy haciendo crítica. Solo hago un análisis, si se me permite.