LA PALMA

Homenaje a víctimas de la Ley de Peligrosidad Social en La Palma

Redacción | Miércoles 25 de junio de 2025

El Cabildo de La Palma y el colectivo LGTBIAQ+ Violetas rinden homenaje a las víctimas de la Ley de Peligrosidad Social y Vagos y Maleantes, en un acto inaugural de la Seman Social LGTBIQ+ del Love Festival. Juana María Ortega, una mujer trans encarcelada en 1969 por su identidad, comparte su testimonio sobre la injusticia sufrida. Este homenaje incluye la instalación de una placa en el Palacio Salazar, simbolizando un grito contra el olvido y buscando reparar el daño a las víctimas. La consejera Miriam Perestelo destaca la importancia de construir una sociedad más igualitaria.



El Cabildo de La Palma, junto al colectivo LGTBIAQ+ Violetas, ha llevado a cabo un homenaje sin precedentes en medio siglo a las víctimas de la Ley de Peligrosidad Social y Vagos y Maleantes, quienes fueron encarceladas injustamente en la isla. Este acto se realizó durante la inauguración de la Seman Social LGTBIQ+ del Love Festival.

Entre los testimonios destacados se encuentra el de Juana María Ortega, quien fue recluida en el penal de La Palma bajo la acusación de “tara erótica” en 1969. Su relato, recopilado por el colectivo Violetas y el investigador Víctor Ramírez, representa un intento por restituir la dignidad a estas víctimas que han permanecido en el olvido.

Una historia de injusticia

Con apenas diecinueve años, Juana María Ortega fue condenada a vivir en condiciones inhumanas dentro del penal de La Palma, un lugar donde no conocía a nadie y donde su inocencia fue ignorada. En 1969, llegó a prisión bajo la Ley de Vagos y Maleantes, que sentenciaba: “tara erótica, dada la práctica de la homosexualidad”. Esta condena no solo significó una privación de libertad, sino también un destierro social marcado por el estigma que enfrentaron las personas LGTBIQ+, especialmente los homosexuales y las personas trans.

La consejera de Promoción Económica del Cabildo de La Palma, Miriam Perestelo, subrayó la relevancia del homenaje como un reconocimiento a la injusticia sufrida por estas personas inocentes. “Agradezco a Juana María Ortega el esfuerzo emocional tan fuerte por venir a La Palma. Cuentan con todo el respaldo institucional del Cabildo para reparar todo el daño que sufrieron las víctimas”, afirmó Perestelo. “Esto debe servir para lograr una sociedad más igualitaria y justa donde todas las personas tengan cabida y nadie se vea reprimido”, agregó.

Un tributo grabado en piedra

En honor a las víctimas, el Cabildo ha instalado una placa conmemorativa en el Palacio Salazar de Santa Cruz de La Palma, en colaboración con el colectivo LGTBIQ Violetas. Besay Viña, presidente del colectivo, enfatizó que este homenaje no debe ser visto como un simple acto simbólico: “Esta placa es un grito contra el olvido, una palabra grabada sobre la piedra para romper el silencio que se impuso durante décadas”.

Durante los años del franquismo, la Ley de Vagos y Maleantes —y posteriormente la Ley de Peligrosidad Social— transformó la diversidad sexual en un delito. Según explicó el colectivo Violetas, estas leyes no corregían peligros sociales; los creaban al perseguir las disidencias y condenar aquellos cuerpos y almas que no encajaban en los rígidos moldes impuestos por el régimen franquista. “¿Y saben qué es lo más doloroso? Que muchas de estas historias todavía duelen en silencio”, lamentó Viña.

El presidente del colectivo recordó que muchos nombres permanecen ausentes en los libros históricos y que sus memorias han tenido que ser recuperadas fragmento a fragmento entre la vergüenza impuesta y el olvido institucional. “Personas como Juana María Ortega fueron condenadas por una supuesta ‘tara erótica’ simplemente por amar como su corazón dictaba. No hubo crimen. Solo hubo prejuicio. Les quitaron la voz, el nombre y la dignidad”, concluyó.

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