El Papa ya descansa en la capila de Santa María la Mayor, como era su deseo.
Tras el funeral oficiado en San Pedro, el cortejo fúnebre ha atravesado el centro de Roma para llegar a Santa María la Mayor. Un recorrido flanqueado por una ingente cantidad de fieles que han esperado pacientemente al paso del vehículo que portaba los restos mortales de Francisco.
Al llegar a Santa María, cuarenta personas, entre ellas desfavorecidos y algunos reclusos, esperaban su llegada en la escalinata de entrada con una rosa blanca. Los sediciarios han llevado entonces el féretro al interior acompañado por cardenales y obispos.
Cuatro niños han depositados depositaron cestas con las flores blancas que habían llevado los desfavorecidos en la Capilla Paolina, donde el papa acudía a rezar antes y después de cada viaje internacional o en momentos como la pandemia del cóvid o a la salida del hospital.
La imagen del féretro frente al icono de la Virgen ha sido la última retransmitida del funeral.
El entierro será una ceremonia privada y sólo en la mañana del domingo los fieles podrán visitar la tumba para rendir homenaje.
Una ceremonia que ha congregado a miles de personas en la plaza de San Pedro del Vaticano.
Además, hay otras 100.000 concentradas en la Vía de la Conciliación, la gran avenida que la precede.
El funeral del Papa ha comenzado a las 10:00 horas. El féretro con los restos mortales del pontífice, fallecido este lunes a los 88 años, ha llegado a hombros de los ‘sediarios’ a la plaza de San Pedro,
El ataúd ha sido colocado frente al altar, sobre una alfombra y junto a un cirio encendido. En ese momento, se ha escuchado el aplauso de los cerca 200.00 fieles presentes.
Después se ha colocado encima el libro del Evangelio abierto y San Pedro se ha sumido umió en el más absoluto silencio. Por su parte, los cardenales concelebrantes ocuparon su puesto en el lado izquierdo del sagrado.
Con anterioridad habían entrado el resto de cardenales y 750 entre obispos y sacerdotes.
Francisco ha sido recordado en la homilía de su funeral por "no cesar de alzar su voz implorando la paz".
También por instar a una "negociación honesta para encontrar posibles soluciones. Frente al estallido de tantas guerras en estos años, con horrores inhumanos e innumerables muertos y destrucciones".
Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio, encargado de oficiar las exequias, ha dicho que el papa "no ha cesado de alzar su voz implorando la paz e invitando a la sensatez, a la negociación honesta para encontrar posibles soluciones"l
Un pontífice que estaba "entre la gentE, con el corazón abierto a todos» y que «se dedicó sin medida a los últimos de la Tierra y los marginados".
En su homilía Battista ha asegurado que Franciscó "instauró un contacto directo con las personas y poblaciones, deseoso de estar cerca de todos, con una marcada atención a las personas con dificultades, dedicándose sin medida sobre todo a los últimos de la Tierra y marginados. Fue un papa entre la gente con el corazón abierto a todos".