OPINION

Siempre París vale una misa

Julio Fajardo Sánchez | Lunes 17 de febrero de 2025

Hoy se celebra en París una reunión de urgencia convocada por el presidente Macron para tratar sobre las negociaciones entre Putin y Trump sobre cómo acabar con la guerra de Ucrania. Asistirán los presidentes de Alemania, España, Italia, Polonia, Dinamarca, Países Bajos y Reino Unido. Además lo harán el presidente del Consejo, Antonio Costa,, la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen y el secretario general de la OTAN, Marck Rutte. Se trata de dar una respuesta a la bilateralidad planteada para la solución del conflicto aunque no estarán todos los que son pero sí son todos los que están. Creo que Europa no puede hacer otra cosa al verse ninguneada. Es, sobre todo, una cuestión de dignidad y de supervivencia después del repaso que le dio el vicepresidente Vance en Múnich.

Aquí cada cual sigue sus estrategias mientras Zelenski exige la creación de un ejército europeo. No creo que tengan éxito. Se ha perdido demasiado tiempo, demadiadas vidas y demasiadas cosas en este periodo, que solo ha servido para alimentar a la industria armamentística. No sé si esto le dará algo de oxígeno a Macron, o a Scholz, que tiene elecciones el domingo, o se convertirá en la puntilla definitiva. Hay quien ve el fracaso como un triunfo de los antireuropeistas, pero estas reuniones demuestran la creciente debilitación de un órgano formado por juntos y revueltos, escasamente cohesionado y sin un liderazgo consolidado.

¿Se imaginan una reunión con EEUU a la que asistieran todos los Estados de la Federación? Pues eso. Dice el refrán que muchas manos en un plato pronto tocan a rebato. Imagino que todo debe ir por su orden aunque la prepotencia de algunos protagonistas lo dificulte. Lo de Ucrania no puede terminar como si nada hubiera pasado. Ni uno se puede llevar toda la tostada ni el otro debe terminar como humillado y perdedor. Las dos partes desean que se acabe el conflicto y el negociador debe procurar que ambos cedan algo sin quedarse con nada por su intermediación. En este caso también hay que tener en cuenta que la mayor parte de las armas las puso él y se sospecha, conociéndolo, que vendrá a por lo que es suyo.

Esta guerra ha hundido a mucha gente y ahora no se puede pretender que beneficie a unos pocos; sobre todo a los expertos en obtener ganancia del río revuelto. Trump tiene mala fama, y Putin ni te cuento. Pero de momento son los únicos que tienen capacidad de sentarse. El problema es que todos quieren estar ahí. Hay gente perversa que dice que la guerra es un negocio. Para ellos sirven aquellos versos de "a un panal de rica miel dos mil moscas acudieron".


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