Tengo el corazón en vilo por culpa del juicio sobre el beso no consentido de Rubiales. Al juez lo tienen a mal traer, y demuestra que la judicatura, en lugar de estar comprada por la política, tiene más paciencia que el santo Job. Ahora también discutimos sobre el final de la guerra de Ucrania, porque si no nos sentamos en la mesa con los que tienen el poder y la capacidad de arreglarlo no nos quedaremos satisfechos. Trump se ha convertido en el protagonista de la prensa española más oficial, y sale más que Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Feijóo, todos juntos.
Ayer salió Rajoy en El Hormiguero y, a pesar de que el público aplaudió y se rio, hoy lo ponen de tonto, que es la hopa con que lo vistieron desde el día que se le ocurrió ganar las elecciones, hace ya bastante tiempo. Yo pensaba que Rajoy era agua pasada, pero parece que todavía es rentable jugar al ridículo con él. Ese es el peaje que hay que pagar por haber sido presidente. Les pasa a todos, a Suárez, a Calvo Sotelo, a Felipe, a Aznar y a él. A todos menos a Zapatero que llegó con el apelativo de Bambi y ha terminado siendo un héroe resistente, como Pedro Sánchez.
Dicen que no hay mal que cien años dure, aunque esto no juega igual para todos. Como ejemplo, la Venezuela de Maduro, la Cuba del castrismo y la Nicaragua de Ortega. Pero este refrán, en Estados Unidos se ha convertido en una garantía constitucional. Allí la Constitución y el calendario no permiten que alguien se eternice en el poder, a pesar de que el calendario puede ser alterado congelando al personaje como hicieron con Walt Disney.
Dentro de 5 años estaremos en 2030 y esa es la fecha fijada para que la Inteligencia Artificial pase a ser autónoma. A nadie se le ocurrirá que llegado ese tiempo seguiremos creyendo en izquierdas y derechas; el mundo se estará debatiendo en función de otros intereses, y Elon Musk nos parecerá una avanzadilla de lo que está por venir. Nosotros seguiremos en la guerra de Gila, enviando las claves secretas con una gallina mensajera y queriendo hundir el submarino a base de empujones. Las cosas ya no son así, y no va de aplausos sino de twits y de redes sociales cada vez más sofisticadas. Trump quiere hablar con Putin sin invitados en la mesa de negociación, y esto pone de los nervios a más de uno. En el fondo va a plantear lo que muchos decían desde el principio, aunque yo creo que lo más importante es sacar a China del tablero y atraerse a Rusia a las tesis occidentales. China es su verdadero enemigo.
2030 será el principio de la era Acuario, esa que estaba prevista para el siglo XXI pero que no entró coincidiendo con la inauguración de éste. Todo será diferente. Lo del cambio climático no es otra cosa que el amoldamiento a las nuevas servidumbres tecnológicas. A nosotros nos coge un poco mayores, pero es lo que hay. Mientras tanto estamos asistiendo a los últimos coletazos agónicos del mundo que dejamos atrás, a la vez que alguien susurra en nuestros oídos que el futuro es él.
¡Qué desmejoradito te veo!