El preliminar de su estrategia fue dejar que la parte contraria de la primera parte, se estallara contra la pared. ¿Tú quieres pasar primero? Pues pasa. Y, dicho y hecho. El Señor de Galicia, adelantó por la derecha y se colocó como la opción ideal para sacar a España del “gongo” en el que estaba metida. Habló con unos y con otros. Pocos fueron quienes le dijeron que sí. Menos -quitando al psoe-, los que le dijeron que no. Pero esos menos, sumaron con los otros contrarios, un más y tras varias semanas tan innecesarias como interminables, le dijo a su País, y al Rey, que le resultaba imposible conseguir lo que se había propuesto. Se presentó ante el Parlamento repartiendo tantas cachetadas, como las que recibió. Y muchos fuimos testigos de cómo desaparecía un posible cambio de gobierno algo más escorado hacia la derecha -tomando la España de Ortega y Gasset como referencia-. La votación no dejaba dudas: por un puñado de votos, este pistolero se quedaba sin ponerse la estrella de sheriff.
Y entonces llegó quien dijo ser, el mismísimo representante del Cid Campeador en la tierra, y marcó, sobre una mesa de trabajo a la que tenían acceso muy poca gente de su equipo, el siguiente paso de su plan estratégico. Bueno poca, poca, tampoco. Realmente fue su equipo de gobierno, menos las personas que ya no se “ajuntaban” con él. También eran ministras, pero… ¿de un rango menor? Tú sí, tú también, tú… mejor quédate ahí. Y, tras cerrar la puerta por fuera, una señora Ministra, actuó como si formara parte de la oposición, dando por donde pican los pepinos, pero cobrando el sueldo que tenía asignado la Cartera Ministerial que representaba. ¡Cuatro duros mal contados que apenas da para pagar una hipoteca! Pero, había otros motivos, para mantenerla en nómina: Los cinco votos que representaba y que podían dar al traste con la posibilidad de que el Cid se hiciera dueño y señor de Rocinante. Perdón, “Babieca”, ¡se llamaba babieca! Un toro -la historia antigua hablaba de un caballo-, que se unía a este Cid, como la mierda al zapato. ¡Vale! perdón de nuevo; como el agua al vino peleón. ¡El resto de jinetes solo cuentan como bulto!
Los votos de dentro estaban asegurados por un consorcio, donde su lideresa destacaba con luz propia. Tal era el fogonazo de luz que ella desprendía, que bastaba con que dijera aquello de ¿Verdad, Peter? Para que, Peter, pasara a apellidarse Pan. La suma de diputados que se reunían en torno a “la señora”, ya empezaba a salivar, pensando en los Ministerios y/o Direcciones, que seguro les tocarían en el reparto de estampitas y maletines. Ahora tocaba hacer acopio de los apoyos de más allá de Ferraz y de esa inmensa “UTE” política.
Había que mirar en los escaparates para ver qué se podía comprar. ¿Los Canarios qué tal? Solo es un voto, pero su dueña, no lo quiere vender por un puñado de garbanzas. Seguramente querrá dos. Pues se le dice que okey a todo y tan amigos. ¡Aún quedan billetes del “Monopoly”! De momento, que alguien les resuelva lo del asunto de los cayucos, pero ¡ojo! con tocar a Marruecos, y que no se preocupe por lo de la amnistía. Tiene la palabra del presidente. ¡Su presidente! -Ellos están muy interesados, también, en los transportes y en lo de los trenecitos. -Pues se le dice que el Gobierno de la Nación, ¡su gobierno!, va a conseguir que el Transiberiano tenga una parada en Santa Cruz y otra en Vegueta. - ¿Colará? -“Muyayo”, seguro que sí. ¿Y a los de Navarra? Los de Navarra, solo piden otro AVE, la fiscalidad y el autogobierno. Pues con otra parada más para el Transiberiano y más dinero del Monopoly, bastará. A los gallegos, con asegurarles que no pactaremos con su paisano, será suficiente. ¡Otro tema!
Ya solo quedaba el hacerse mirar lo de pactar con los demócratas del País Vasco-francés y los de la Gran Cataluña. “Cosa poca lo del ojo y lo llevaba en la mano”. En el primero de los casos, simplemente sería cuestión de tragar sapos. Sapos enormes. Pero no esos batracios de los que te puedes zampar sus ancas. No, de esos no. Me refiero a los que hasta “antes de ayer”, llevaban pistolas y metralletas. A los que, para dirigirse a la Nación con sus amenazas de muerte, se ponían capuchas negras. Hay quien asegura que, con esa gente se debería poder negociar, solo, la rendición y la entrega de todas las armas y documentación a las que, ellos, antes, llamaban sus argumentos. Pero... es que él asegura que entablaría negociaciones con un partido que es democrático. ¡Y lo es! Pero debe ser que es más democrático que ese otro grupo político, con quien no desean ni sentarse a escuchar. Postura que defienden aseverando que su líder, provenía de antepasados que usaban un águila y varias flechas para cazar. ¿Verdad, Peter? – ¡Verdad!
Ahora había que hablar con ese otro pequeño grupo de separatistas que nada quieren de España, salvo para conseguir: su ansiada amnistía, el “mandarse a mudar[1]” y dinero; ¡hacerle un pedazo de siete a la piel de toro, vamos!. Se ha de tener fuerte el estómago para aceptar el “donde dije digo, digo Diego” (amnistía) y pasar a defenderla como la única posibilidad para conseguir la paz en España. ¡Muchos ni sabíamos que estaba en guerra! Amnistiar a quienes se han ciscado en la Constitución, en la bandera, en actos Institucionales y en todo el conjunto de España -incluida la Cataluña no independentista-, solo traerá más incomodidad judicial. Pero también se sabe que, a este nuevo Cid, se le conoce por sus incumplimientos de palabra; ya lo dice el refrán: “Al pájaro, se le conoce por la cagada”. Con sus ocho votos de más, hoy 17/11/2023, ha prometido. ¿Ha prometido cuando serán las próximas?
[1] “Mandarse a mudar en canario, significa “irse”. Decirlo en imperativo, sería para echar a alguien.