“El Gobierno de Canarias carece de competencias en esta materia, sin embargo, junto al Gobierno de España y los productores hemos buscado de soluciones a la escasez de papas con el fin de proteger a Canarias de la entrada de esta plaga y de asegurar la próxima cosecha en las Islas y el suministro de este producto básico en la alimentación de los canarios y canarias”, apuntó Quintero.
El titular del departamento señaló que se han determinado una serie de medidas de aplicación adicionales en relación al envasado y etiquetado del producto “para reforzar y ofrecer mayores garantías fitosanitarias”.
Así, las papas deben someterse a un procedimiento de limpieza, mediante cepillado y/o lavado, que permita la eliminación total de restos de tierra y de organismo nocivos, y se concreta que el porcentaje aceptable de tierra presente será del 0,5%.
En el etiquetado deberá constar, además de los datos propios de la papa (especie, código del agricultor, variedad, calibre, y fecha de envasado), la trazabilidad que permita identificar al productor y el área de producción a nivel de parcela.
Las papas de siembra deberán ser ensacadas en sacos nuevos, con una capacidad máxima de 25 kilos, precintadas y etiquetadas en instalaciones habilitadas para ello, que garanticen la sanidad y trazabilidad de estas y bajo control oficial de las autoridades fitosanitarias correspondientes de las áreas de producción.
En cuanto a las de consumo, estas podrán presentarse en contenedores de 1,5 toneladas como máximo, que deberán ser precintados y etiquetados en instalaciones habilitadas para ello, que aseguren su sanidad y trazabilidad, e igualmente, estén controladas por las autoridades fitosanitarias de las zonas productoras.
Asimismo se recoge que se llevarán a cabo inspecciones en el 100% de los envíos de papa procedentes de Reino Unido.