SOCIEDAD

SATSE reclama al SCS medidas efectivas para terminar con la presión asistencial en los servicios de urgencias

Miércoles 22 de marzo de 2023
El Sindicato de Enfermería apuesta por incrementar las plantillas de enfermería y fisioterapia, aumentar las camas hospitalarias y sociosanitarias, invertir en nuevas infraestructuras, fomentar la prevención y la promoción de un envejecimiento saludable y de desarrollar programas de gestión de casos para pacientes crónicos, en el ámbito de la atención primaria

El Sindicato de Enfermería, SATSE, en Canarias ha vuelto a solicitar al Servicio Canario de Salud que ejecute medidas que sirvan para disminuir la presión asistencial en las urgencias de los servicios sanitarios canarios.

Para SATSE, es preocupante la situación en la que se encuentran los servicios de urgencias del SCS ya que, lejos de ser puntual, se ha convertido en un problema crónico que está afectando a labor de los profesionales de enfermería y, por tanto, a la calidad asistencial que se presta a los usuarios.

Esta situación es crítica desde hace años y, en consecuencia, está provocando daños importantes sobre el propio sistema sanitario, los usuarios y los profesionales. Estos últimos, sobreviven a diario a una elevada presión asistencial con una marcada falta de recursos humanos, materiales y a unas infraestructuras obsoletas que no están adaptadas a la población actual y, mucho menos, si tenemos en cuenta la población flotante y la presión que ejerce el turismo sobre el sistema.

El Sindicato señala que el número de camas hospitalarias es insuficiente. Según datos publicados por el Ministerio de Sanidad, el número de camas por 1000 habitantes está por debajo de la media del Sistema Nacional de Salud y sólo por delante de 3 comunidades autónomas. Este mismo informe describe que, la presión de los servicios de urgencias está en la media nacional y que el % de urgencias que termina ingresando también lo está. Todo esto, sin tener en cuenta la población flotante en Canarias, que elevaría la población total a casi 2,5 millones de habitantes.

Otro factor relevante es el número de camas sociosanitarias. En Canarias, este indicador se sitúa en 1,2 por cada 100 personas mayores de 65 años, cuando la media estatal está en 2,7, situándose a la cola del conjunto del Estado.

Por desgracia, la saturación de los servicios de urgencias, la falta de recursos, la carencia de profesionales de enfermería y fisioterapia, la falta de infraestructuras adaptadas a la población, incluyendo la población flotante por el turismo y la falta de camas sociosanitarias, son problemas que vienen arrastrándose desde hace años, que ha empeorado en los últimos tiempos y que no parece tener una solución a corto plazo.

Así, los profesionales se ven día a día en la tesitura de trabajar en unas condiciones cada vez más precarias y con una carga asistencial insostenible que, a su vez, impacta en la calidad de la atención que se presta a los pacientes.

En los últimos meses, nos hemos acostumbrado a ver como las ambulancias de soporte vital básico se acumulan en los centros sanitarios a la espera de poder transferir a una camilla, a los pacientes que trasladan. Esto, no solo genera una atención deficitaria para los pacientes, sino que también supone un riesgo para el resto de la población, que ve diezmado el número de recursos disponibles para atender a las eventuales necesidades.

Desde el Sindicato de Enfermería, SATSE, creemos que es el momento de apostar por las enfermeras, enfermeros y fisioterapeutas. Es el momento de incrementar las ratios de estos profesionales, fomentar la prevención y la promoción de un envejecimiento saludable y de desarrollar programas de gestión de casos para pacientes crónicos, en el ámbito de la atención primaria.

Es indudable que el incremento de camas hospitalarias y sociosanitarias, el incremento de las ratios de enfermeras y fisioterapeutas y la modernización y adaptación de los servicios de urgencias de los centros sanitarios de Canarias, provocaría una franca mejoría. En contrapartida, también es insostenible, continuar con unos servicios de urgencias saturados, con personal sometido a numerosos riesgos laborales evitables y que no pueden garantizar la calidad asistencial

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