El partido nació y creció muy parejo. Lo intentó Unicaja de entrada explotando el extra pass, pero el Canarias se mostró muy firme atrás para ir llevando poco a poco el choque a su territorio. En pleno pulso, los balones interiores a Gio Shermadini y la labor de los pequeños permitieron a los laguneros coger las riendas del electrónico.
Los insulares amagaron con coger velocidad de crucero (33-26), pero se dejaron más puntos de la cuenta desde el tiro libre (6/11) y el Unicaja Málaga se agarró al partido, aprovechando sus segundas opciones en ataque: nueve al descanso por ninguna de los tinerfeños.
El arreón de los andaluces les llevó incluso a recuperar el mando en el marcador (36-37), pero un canastón sobre la bocina de Marcelinho Huertas, el segundo a esas alturas de partido, llevó la contienda al receso con un 39-37 para los aurinegros y el encuentro totalmente abierto.
A la vuelta de la pausa, el Unicaja trató de prolongar su buen hacer en el rebote ofensivo y salió con todo para firmar un parcial de 0-7 (39-44). Lejos de rendirse, el Canarias reaccionó con enterenza y carácter. La magia de un Marcelinho omnipresente cimentó la remontada de los tinerfeños, que firmaron unn arreón de 14-0 para ponerse nueve arriba mediado el tercer cuarto (56-47).
Fue ahí cuando los de Ibon Navarro encontraron un filón en las acciones de Kalinoski y, especialmente, de un Carter, con piernas y acierto para ser determinante. El parcial del Málaga (3-10) devolvió el partido al alambre (60-60, min 30). Trató entonces el Lenovo Tenerife de imponer su sello, pero no pudo exprimir sus armas.
Un nuevo arreón andauz, con sendos triples de Barreiro y Osetkowski (69-77), puso ya el partido muy cuesta arriba. Y el Unicaja no perdonó. Los de Ibon Navarro jugaron bien sus bazas y sellaron su título de Copa para desconsuelo de los aurinegros, que pese a la derrota, cayeron con orgullo. El orgullo de un grupo totalmente comprometido con la causa y que seguirá peleando por cosas bonitas. ¡Cabeza alta! ¡Volveremos!