El Consejo de Gobierno de Canarias aprueba la Estrategia Canaria de Soberanía Alimentaria, cumpliendo así con el compromiso adquirido de avanzar hacia un modelo agroalimentario más competitivo, sostenible y resiliente, sustentado en la necesidad de reducir la dependencia externa de insumos agrarios y pesqueros.
El documento, fruto de una intensa participación con entidades públicas y privadas, gestores políticos, empresas alimentarias y organizaciones del sector primario, persigue garantizar la viabilidad económica, social y medioambiental del sector primario, así como de las zonas rurales y marítimas.
Además, el plan avanza hacia otro objetivo global, que es el de combatir el cambio climático, incorporándose a la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible en Canarias, a través de la Agenda Canaria de Desarrollo Sostenible.
Esta estrategia actúa de manera integral en todo el sistema agroalimentario de Canarias, desde la producción hasta el consumo de alimentos, y diferencia tres bloques. El primero, aborda los objetivos y el marco conceptual y metodológico; el segundo, contempla el análisis de la situación actual de todo el sistema agroalimentario y, por último, el tercer bloque, se centra en el plan de actuación a desarrollar en el periodo 2023-2027.
El Plan de Soberanía Alimentaria es clave para construir un sector agroalimentario más equilibrado social y económicamente para todas las personas que participan en el mismo, al tiempo que es respetuoso con el medioambiente y beneficioso para la salud de los canarios y canarias. Además, se caracteriza por su simplicidad y flexibilidad, situando al alimento, y no a un determinado sector económico, en el centro de las políticas públicas agroalimentarias para proveer de productos sostenibles y saludables, aprovechando al máximo los recursos locales y reduciendo la generación de residuos.
La Estrategia Canaria de Soberanía Alimentaria contempla una serie de acciones basadas en la reducción externa de insumos, previstas para el período 2023-2027, que atienden a las características y necesidades de cada isla, prestando especial atención a la doble insularidad.
Asimismo, se configura como un instrumento dinámico, sometido a constantes revisiones y actualizaciones, a partir de la experiencia que se obtenga con su propia aplicación, adaptándose a escenarios imprevistos, así como los nuevos actores y sectores, necesidades u oportunidades que pudieran surgir.
Objetivos específicos