Pedro Sánchez ha anunciado durante el acto solemne de celebración del 40º aniversario de la incorporación de España a la OTAN, que su Gobierno incrementará el gasto en Defensa para incrementar la capacidad de difusión. “Debemos hacer ese esfuerzo porque mucho mayor es el coste de quedarse de brazos cruzados cuando se pone en jaque lo más elemental de nuestras sociedades, que es nuestro modelo de libertades y nuestra convivencia pacífica y democrática”, ha enfatizado el presidente del Gobierno.
En su Ejecutivo de coalición no todos piensan igual y es dudoso que sus socios de Unidas Podemos le den apoyo en semejante pretensión, por más que los socialistas tengan claro que frente a la amenaza que representa Rusia y su presidente, Vladimir Putin, corresponde reforzar las capacidades militares del país y de la OTAN.
De hecho, sus socios están en contra de la Alianza Atlántica y ningún ministro ni representante de Unidas Podemos acudió al Palacio Real, lugar donde se conmemoró el aniversario de la entrada de España en la OTAN.
Pero hablemos claro. Incrementar el gasto en Defensa significa invertir más en armas y tecnología. La industria armamentística se frota las manos ante la lluvia de millones de euros que le caerá del cielo. Más cazabombarderos, más fragatas, más helicópteros, más drones, más vehículos, más lanzamisiles. Lamentablemente aumentar el gasto en Defensa no significará pagar más a nuestros militares, ni mejorar sus condiciones laborales ni sus pensiones de retiro. Ni sus derechos fundamentales, exageradamente restringidos por leyes que no tienen parangón entre ejércitos de nuestro entorno, como el francés, el alemán o de nuestros socios norteamericanos.
Nuestros soldados son carne de cañón sin apenas derechos, sometidos a una estricta disciplina militar mal entendida que les considera ciudadanos de tercera o cuarta categoría por haber optado por servir a su país en la milicia. Mal pagados, los jubilamos al alcanzar la edad reglamentaria y si te he visto, no me acuerdo.
Así lo hizo el PP y así lo sigue haciendo la izquierda de PSOE y Unidas Podemos. Y así lo hará el que venga detrás, aprovechando que los militares son gente callada, más dispuesta a cumplir con su obligación que a reclamar lo que en Derecho le corresponde.