OPINION

Papa Francisco, un cambio en la iglesia

Beatriz Vilas | Jueves 20 de enero de 2022

Sigo desde hace un tiempo al Papa Francisco en las redes sociales, ya que es un personaje que realmente me fascina.

Me parece un hombre revolucionario. Aunque para muchos su figura sea retrógrada, el cambio que está realizando en la iglesia es espectacular.

He visto entrevistas en donde el entrevistador pretende que se posicione en temas complejos, como la homosexualidad, la economía, la política o la religión.

No obstante, es importante comprender que él, dentro de sus posibilidades, puede ir cambiando la visión de la iglesia, aunque no se puede convertir en una persona liberal de un día para otro, como algunos entrevistadores pretenden.

Es bien sabido por todos que la iglesia está pasando por una gran crisis, ya que, en los tiempos que nos toca vivir, ser cristiano no parece estar de moda.

También es bien cierto que los patrones clásicos de la iglesia, tal como se establecieron, son complejos de seguir en la actualidad.

Pero, desde mi punto de vista, cualquier cambio que se produzca dentro de ella ya es válido, y más cuando dicho cambio se produce de la mano de su máximo exponente, como es el caso del Papa Francisco.

Por supuesto que hablar de religión, y más de la cristiana y de la iglesia, es un tema complejo, puesto que son más las personas que se definen como agnósticas o ateas, o que no saben ni en qué creen, puesto que no tienen tan siquiera una opinión al respecto.

Es muy normal oír expresiones como “yo creo en Dios, pero no en la iglesia”, o “soy creyente, pero no practicante”, o incluso muchas personas dicen no tener opinión al respecto, o incluso que la espiritualidad no es para ellos.

Y mi pregunta es la siguiente: ¿cómo puede no ser para ellos cuando somos seres espirituales? ¿Cómo se puede no tener opinión sobre un tema como la religión o la espiritualidad o la fe?

Desde mi punto de vista es imposible vivir en una vida fuera de la espiritualidad, porque cada día ocurren milagros, solo que somos incapaces de verlos, porque vamos por la calle sin las gafas de ver y no vemos más allá que lo que a primera vista queremos ver.

Es inviable vivir en un mundo sin creencias porque, eso significa que vivimos como robots, y vidas sin sentido.

El problema es que son muchas las personas que viven así, sin sentido de vida, sin opinión de las cosas y sin querer pensar.

Da igual lo que opines en lo relativo a la espiritualidad y la religión, pero no puedes no pensar nada al respecto, ni tampoco se puede vivir sin pensar qué se opina.

¿Tal vez puedes plantearte no respirar? Pues lo mismo debería de ocurrir con la religión, la fe y la espiritualidad.

Querido amigo lector, me gustaría recordarte que tenemos un deber moral con la humanidad de vivir una vida con sentido, porque ¿para qué vivir si tu vida no tiene sentido, no tienes opinión sobre las cosas importantes de la vida y no sabes nada de nada? ¿Realmente eso es vivir, o sobrevivir como hacen los animales?

Me gustaría pensar que las personas con las que me relaciono tienen una vida con sentido, tienen opinión sobre lo que acontece en el mundo y sobre sus propias creencias, aunque estas sean no creer en una religión en concreto, porque sus dogmas de fe no cuadren con su forma de ver la vida.

Y tú, querido lector, ¿dónde te encuentras? ¿Entre las personas que viven con sentido o vives sin sentido?


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