La capacidad de protección garantizada por la vacuna pediátrica de la Covid es la misma que en el caso de los adultos, es decir, alrededor del 70 por ciento a partir de la dispensación de la primera dosis del suero
Así lo sostienen los estudios sobre vacunación contra el coronavirus en la población infantil que ha tenido en cuenta el Govern a la hora de poner en marcha la campaña de inoculación de las dosis de Pfizer en los menores de cinco a 11 años. Cabe recordar que, con anterioridad, la población diana ha estado conformada por los ciudadanos a partir de los 12 años, y que, la pasada semana, la Comisión de Salud Pública autorizó la administración en España de la vacuna contra la Covid a los niños de menos edad, hoy por hoy el único colectivo de población que todavía no ha sido protegido frente a la pandemia.
No obstante, entre la vacunación dispensada a los menores de 11 años y la que se ha inoculado al resto de la población habrá algunas diferencias.
Por una parte, la dosis que se administrará a estos niños será inferior a la utilizada en el caso del resto de perceptores: concretamente, 10 ug frente a 30 ug. Esto es así porque los expertos de la EMA entienden que el incipiente desarrollo físico de los menores a estas edades permite proteger a este contingente demográfico con una porción más reducida del suero.
En este sentido, el Comité de Medicamentos de Uso Humano (CHMP, por sus siglas en inglés) ha remarcado que la respuesta inmune obtenida tras la administración de la vacuna 'Comirnaty', elaborada por Pfizer y BioNTech y especialmente indicada para el colectivo pediátrico, a una dosis más baja (10 ug) en este grupo de edad fue comparable a la observada con la dosis más alta (30 ug) en individuos de 16 a 25 años.
La eficacia de 'Comirnaty' se calculó en casi 2.000 niños de cinco a 11 años que no presentaban signos de infección previa. Estos menores se dividieron en dos grupos: los que recibieron la vacuna y aquellos a los que se inyectó un placebo, es decir, un suero ficticio.
De los 1.305 niños a los que se inaculó la vacuna, tan solo tres desarrollaron Covid 19 en comparación con los 16 del grupo de 663 a los que se suministró placebo. Esto significa que, en este estudio, la vacuna demostró una efectividad del 90,7 por ciento en la prevención del coronavirus sintomático, aunque la tasa real podría oscilar entre el 67,7 y el 98,3 por ciento.
Eso sí, al igual que ocurre con los adultos, también los pequeños se hallan expuestos a posibles efectos secundarios producidos por la vacuna. Los más comunes, si hablamos de niños de cinco a 11 años, son similares a los que experimenta el resto de la población, e incluyen malestar en el lugar donde se ha administrado la inyección, cansancio, dolor de cabeza, enrojecimiento e hinchazón en la zona corporal que ha registrado el pinchazo, dolor muscular y escalofríos. Estos efectos suelen ser leves o moderados, y mejoran a los pocos días de la vacunación.
Otra variación ente las dos campañas (la de los adultos y la pediátrica) tiene que ver con el intervalo de tiempo entre los dos pinchazos: si en los adultos este margen es de 21 días, en los pequeños será de ocho semanas, con la finalidad, según los expertos sanitarios, de incrementar la respuesta inmune de este grupo de perceptores y, además, agilizar la administración de la primera toma. La intención no es otra que vacunar contra la Covid, al menos con una dosis inicial, al número máximo posible de niños de estas edades.
El resto de prescripciones serán similares a las que rigen para las personas adultas: la vacuna se dispensará en dos dosis, y se inyectará en los músculos de la parte superior del brazo, mientras que, por otro lado, el producto elegido por la EMA es el suero del Pfizer. En cuestión de pocas semanas, también la vacuna de Moderna podría recibir la autorización de la agencia europea, pero, por el momento, todavía se está a la espera de redactar el informe definitivo sobre los efectos de esta marca en los niños de menos edad.
Entretanto, ya ha llegado a Canarias la primera remesa de 54.000 vacunas pediátricas contra la Covid 19 destinadas a niños de entre cinco y 11 años, que el SCS empezará a inocular a partir de este miércoles 15 de diciembre.
El primer colectivo pediátrico seleccionado para estas tomas iniciales son los niños afectados por enfermedades graves. Al mismo tiempo, como ya se ha indicado, se empezará a vacunar, también este 15 diciembre, a los niños de 9 a 11 años. Por supuesto, los menores deberán acudir a los centros de vacunación acompañados por un adulto.
Los pediatras han defendido la vacunación contra la Covid en niños de entre cinco y 11 años, y han subrayado los "efectos beneficiosos" que puede acarrear la administración de la vacuna en este grupo de edad.
"Las vacunas frente a la Covid 19 suponen un paso fundamental y decisivo en el control de la pandemia, tanto para evitar la carga de la enfermedad como el colapso económico, social y sanitario".
Asimismo, pese a que la enfermedad presente síntomas más leves en los menores de edad, también provoca, tal como remarcan los pediatras, “casos graves, ingresos en UCI y fallecimientos” que, a su juicio, “también han de ser tenidos en cuenta”.
Otro aspecto a considerar es que, los datos proporcionados por el Ministerio de Sanidad, la incidencia a 14 días en los menores de 12 años es actualmente de 574 casos por cada 100.000 habitantes, la más elevada entre todos los tramos de edad.
Por este motivo, los especialistas en pediatría han reafirmado su convicción de que la vacunación infantil contribuirá a dar la vuelta a esta estadística, y han proclamado su “confianza” en el “rigor" de que han hecho gala las agencias reguladoras “antes de dar el paso” de aprobar la dispensación de la vacuna. Igualmente, han apoyado la decisión de la Comisión de Salud Pública de dar su visto bueno a las inoculaciones.
En esta misma línea, los pediatras de las islas han insistido en el beneficio directo que supone vacunar a este grupo de edad, tanto para “disminuir la infección y los casos de enfermedad grave” como también para los efectos “a largo plazo”, es decir, el denominado Covid persistente.
Asimismo, las asociaciones pediátricas han hecho referencia a los beneficios indirectos que presenta la vacunación en menores de 12 años, entre los que han destacado que "permite una mayor normalización de la vida social, familiar y escolar” de los menores, además de propiciar mayores y más satisfactorias cuotas de interacción social.