OPINION

Aena, ¿hay alguien más ahí?

José Luis Azzollini García | Lunes 01 de noviembre de 2021

He estado leyendo en la prensa local que el mundo empresarial tinerfeño está ciertamente noqueado por la negativa respuesta a la reivindicación para llevar a cabo las obras de una nueva terminal de pasajeros en el aeropuerto Reina Sofía de Tenerife sur y así, poder sustituir el hangar en el que hoy se recibe a una gran cantidad de pasajeros que dejarán pingües beneficios para España; empezando por los que le reportará a la propia AENA.

Me viene a la memoria el gran aeropuerto construido en Castellón o el pequeño aeropuerto que se realizó en la isla de La Gomera. En ambos casos, hubo un empeño de alguien para que se convirtieran en una realidad. ¿Eran necesarios? De momento, ha quedado clara la inutilidad del primero y el poco movimiento del segundo. Pero también deja igualmente claro que cuando hay voluntad y redaños, se hace lo que haya de hacerse, sin contemplaciones ni informes en contra.

¿De qué hablamos, entonces? ¿Falta interés político? ¿Falta tener lo que se debe tener en el Gobierno de Canarias para levantar la voz y reclamar algo que va a redundar en beneficios importantes para todos?

Parece evidente que el interés político, en un territorio tan fragmentado como el de las Islas Canarias, se tropieza con la necesidad de responder, siempre, a la misma pregunta: ¿Y, qué le doy a la otra?

En cuanto a que si el Gobierno levantará la voz, ha quedado demostrado que la voz, cuando se ha levantado, no ha sido con el tono adecuado, sino con un nivel de susurro. Algo así como si se le contara a alguien al oído como fue el momento de alzar la voz al ejecutivo Central. Hay situaciones incómodas y al Gobierno autónomo que tenemos le ha tocado en mala suerte -aunque parezca una contradicción- tener en el Gobierno de la Nación, a su mismo grupo político. Y, eso, naturalmente cuando se trata de una inversión tan costosa, ya no es cosa solo de lo que se da a “la otra”, sino a tantos “otros” como regiones de este País, están gobernados por el mismo partido político. No debería ser así, pero desgraciadamente, lo que se observa invita a pensar en ese camino.

Entre tanto, el mundo empresarial, que sólo entiende de los dineritos, no alcanza a entender que no se esté poniendo sobre la mesa, la realidad de la que se habla. No se cansan de dejar claro qué tipología de pasajeros se mueve en este hangar que hace las veces de terminal internacional. Se trata, defienden y defiendo, de Turismo: en su mayoría, nacional y extranjero.

¡Turismo, Sres. de AENA! ¡Turismo!

¡Turismo, Sres. del Gobierno! ¡Turismo!

Gastamos cantidad de dinero en promoción turística en las grandes ferias, y fuera de ellas, para atraer a mucha gente a nuestra tierra y llenar las camas que se han permitido construir. Y, cuando esa promoción da su fruto y llegan los turistas, les hacemos pasar por la vergüenza ajena que supone el entrar por un espacio que muchos reconocerán de cuando llevan sus vehículos a reparar. Eso sí, AENA, o quien lo haya hecho, que ya a estas alturas me trae un poco al pairo, ha llenado cada hueco o espacio de esos salones de infinidad de tiendas de suvenires, máquinas expendedoras y/o restauración. Pero como se sabe: “aunque la mona se vista de seda, hangar se queda”.

Al turismo, Sres. Del Gobierno, Sres. De AENA, hay que respetarlo, desde que llega a nuestras islas. ¿Y, qué mayor respeto que invitarles a entrar a ellas, por un entorno moderno y agradable para que, nada más llegar, ya estén impactados? No vale una inversión en un parche construyendo una conexión entre dos vetustas terminales. Al final no será más que eso: un parche. Y, se notará.

He visto colas de turistas en la acera exterior del Aeropuerto Reina Sofía, esperando por taxis. He visto las mismas colas interminables de gente para hacer el checkin de sus equipajes. Colas que se cruzan con otras, en una coreografía casi tercermundista.

He visto la misma acumulación de personas, esperando por sus maletas en espacios que asemejan más a un sótano que a una terminal aeroportuaria de primer orden.

¿Qué creen que hace la gente cuando están en una cola? Si Ud. ha respondido: mirar el entorno, sacar fotos a lo viejo que está todo, hablar sobre lo mal que está ese sitio para organizar sus entradas o salidas, Ver los “chiringuitos” prefabricados con aspecto de cuasi-chabolas de las oficinas de agencias, de información o de vehículos de alquiler, ver, en definitiva, el deterioro que ha sufrido el edificio por el paso del tiempo y por qué no decirlo, por el mal mantenimiento y la chapucería del parcheo constante para ir añadiendo espacios de servicios; entonces Ud. puede que esté más cercano del mundo empresarial de Tenerife de lo que piensa. Si, por el contrario, Ud. ha respondido que lo único que hace esa gente que está en las muchas colas, es esperar sin más. Enhorabuena, puede que esté Ud. cercano a tener un puestito en la Administración y comenzar a vivir del erario público.

Eso es lo que se observa en el aeropuerto de Reina Sofía, pero lo que pasa con el de los Rodeos no dista mucho de la negatividad que se observa en el anteriormente mencionado. Sólo que, en este caso, se trata de un aeropuerto de nueva creación. ¿Qué se han visto grandes goteras?, un atractivo exótico, sin más. ¿Qué en la fachada luce más el cartel de Binter, que el del propio nombre de la terminal? Cuestión de rentabilización de los espacios para abaratar no sé el qué, porque para pagar un café hay que estar más cercano al crédito bancario que a la billetera. ¿Qué cuando llega el turismo sale a un entorno donde los jardineros, si los hay, no consiguen hacer florecer tabaco de la gran cantidad de colillas que la gente desaprensiva siembra en los maceteros externos? Cuestión de gamberros. ¿Que cuando el pasajero desea acceder a la zona de salidas nacionales e internacionales debe pasar, como si fuera un corderito al establo, por un “duty-free”? Tema coyuntural de índole comercial que ayuda a… Perdón, lo del café ya quedó claro. Que ayuda a… ¿A ellos? Pues eso.

Tanto uno, como el otro, dejan unos beneficios importantes a AENA. Concretamente, el Reina Sofía figura el tercero en el ranking nacional atendiendo a resultados económicos antes de impuestos, otorgándosele unos 24,98 millones de euros millón arriba millón abajo (22,93 millos para el de Gran Canaria). Y Los Rodeos, presenta unos números en rojo de 6,60 millones, pero si unimos los dos aeropuertos, el resultado sería positivo para Tenerife en las cuentas de AENA. Y, hoy en día no se concebiría Tenerife sin sus dos aeropuertos.

Entonces, ¿si no es una cuestión de dinero, de qué estamos hablando? Hablamos de falta de voluntad. Y quienes consideramos la importancia que, Tenerife en particular y Canarias en General, tienen en el mundo del Turismo, no entendemos esa falta de interés en el tema. No podemos entender que se le preste tan poca atención a un subsector que supone un porcentaje tan importante del PIB. Pero además, no pensemos solo en temas puramente economicistas; hablemos, sobre todo de la cantidad poblacional que vive del Turismo y que, una eventual pérdida de clientela -piénsese que quienes intentan desviar el turismo a “sus zonas de interés” pueden usar esta falta de actualización de las infraestructuras públicas de entrada a las islas para aumentar la mala calidad de “nuestra interesante zona”- Sí, Sres. del Gobierno, Sres. De AENA, la gente del sector del Turismo, somos gente anfitriona. Nos gusta, miren Uds., el tratar bien a nuestros “invitados”. Pero no desde cuando los tenemos ya en casa, sino desde el primer momento en el que les invitamos a entrar a ella. Nos gusta ver su cara de admiración cuando se plantan en la puerta y muestran su grata sorpresa, imaginando ya, lo que encontrarán dentro. Por lo tanto nos preocupa que cuando lleguen, vean lo que ellos y cualquier persona que viaja, ven: Lo que no se ha mejorado o no se ha mantenido correctamente.

La pregunta que me hago y que seguramente se hará el mundo empresarial de la isla es, si todo esto, y, visto lo visto, no será predicar en el desierto.

¡Dios, hay alguien más ahí!


Noticias relacionadas