Así lo ha asegurado durante el XXVII Congreso Nacional de Medicina General y de Familia, que se celebra desde este jueves en el Palacio de Congresos de Palma. García-Escudero ha recalcado que las atenciones urgentes en la sanidad pública a jóvenes están creciendo por problemas de salud mental.
Según García-Escudero, los factores que generalmente hacen que aumente la ansiedad y la depresión se han alineado con la pandemia. "Ha sido una situación de mucho estrés para mucha gente, sobre todo para los mayores por sentirse aislados y para los jóvenes por la pérdida de relaciones sociales", ha explicado.
Sobre los jóvenes afectados con cuadros de depresión o ansiedad por la pandemia, este psiquiatra ha indicado también que las dificultades socioeconómicas, "agravadas por la crisis económica", son un facto de riesgo para estas patologías. "Muchos recurren a los intentos o lesiones autolíticas como una forma de controlar su malestar", ha destacado.
A continuación, ha concretado que los resultados de los metaanálisis de salud mental indican que la incidencia de la depresión es de hasta tres veces superior a las cifras previas a la pandemia, la de ansiedad, cuatro veces mayor, y la de estrés postraumático, hasta cinco veces.
El doctor se ha referido a la afectación de la COVID-19 en la salud mental como "la cuarta ola", que según sus previsiones se mantendrá en el tiempo. "Más que una cuarta ola es un 'tsunami' que va a requerir mucho esfuerzo en primera línea sanitaria, en la de Atención Primaria", ha comentado.
Además, ha descrito la situación de las unidades de salud mental en la sanidad pública nacional y ha subrayado que si antes de la pandemia "ya eran insuficientes, ahora lo serán más".
En sus palabras, los servicios públicos de atención a la salud mental "siempre van detrás" porque hay "mucho déficit de psicólogos clínicos y los médicos de Atención Primaria asumen los primeros cuadros depresivos, que conlleva tiempo de atención y es precisamente lo que no tienen".